Pazguato y fino

Andrea, toma nota

Levy se llevó un tour completo por lo que significa y representa el PP de Galicia, «que no es una cosa cualquiera», le aclaró Feijóo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La excusa era que participara en calidad de vicesecretaria de estudios y programas del PP en la puesta de largo de la ponencia de los populares gallegos, un texto todavía ignoto en su literalidad —andan dando la última mano de pintura— pero que está llamado a ser como las tesis de la reforma luterana, aunque sin necesidad de clavarlas en la puerta de la Catedral. Andrea Levy se llevó de vuelta a casa un tour completo por lo que significa y representa el PP de Galicia, «que no es una cosa cualquiera», le aclaró Feijóo en su intervención a uno de los valores emergidos —que no emergentes— por Rajoy tras el varapalo de las elecciones municipales y autonómicas.

Le enseñaron el Pazo de Raxoi en visita privada, le explicaron qué es gobernar una comunidad y lo que ello implica, pero sobre todo le exhibieron cómo se forja un partido y se imbrica en el territorio para hacerlo hegemónico y mayoritario.

Tres elementos que nunca conocerá como integrante del PP catalán, del que es diputada autonómica, a pesar de la debacle del pasado domingo.

Fue una lección condensada de un partido habituado a las mayorías absolutas y los porcentajes abultados a otro irrelevante para la gobernanza de Cataluña, de uno que tiene cerca de cien mil afiliados a otro casi marginal en su tejido social y asociativo. «No es casual ser el primer partido de Galicia, (...) supimos identificar lo que la gente nos pide». Recadito a la sonriente Levy, enseñanzas que llevan al PPdeG a ser «el único PP que gana elecciones en una nacionalidad histórica». A la vicesecretaria se la veía tomando apuntes.

Los malpensados pensamos que no fue casual, que Feijóo entregó un mensaje a Andrea Levy para que lo difundiese en esa fábrica de éxitos electorales recientes que es la calle Génova, donde creen que la realidad es eso que plasman en sus argumentarios y no lo que pasa a pie de calle. ¿De qué otro modo puede interpretarse una frase como «este partido político no puede ser un partido de las redes sociales»? Todo esto, aderezado con términos ajenos al lenguaje genovés como «humildad», «autocrítica», «propósito de enmienda» o «código de exigencia», el tono sencillo que la derecha gallega no ha perdido y que parece ausente en la sala de maquinas del partido del Gobierno.

La clase magistral le enseñó a Levy algunas cosas más. Que cuando habla Galicia, el resto del PP debe atender y ahorrarse la condescendencia con «las provincias», que no estar en Madrid no implica ausencia de poder y que eso de ser barón no se hereda sino que se gana en las urnas a golpe de mayorías absolutas. Fin de la clase.

Ver los comentarios