Manuel María, la poesía de la Terra Chá

La Real Academia Galega (RAG) daba a conocer ayer el nombre del homenajeado para el año 2016 en el Día das Letras Galegas. La votación se dividía entre Xela Arias, Ricardo Carballo Calero y Manuel María. Tras ser eliminada la escritora Xela Arias en una primera ronda, los treinta académicos decidieron «con una amplia mayoría» que sería el lucense Manuel María el elegido. Por sus continuas aportaciones y no sólo a la literatura gallega, sino también a la normalización lingüística.

«La excelencia que consiguen algunos autores con pocos poemas la encontramos en Manuel dentro de la inmensidad de su obra», aseguraba a los medios Darío Xohán Cabana, quien ocupa la silla en la Real Academia Galega desde su muerte en el 2004.

Él junto a Margarita Ledo, Fina Casalderrey, Fernández Freixanes, Xosé Luis Regueira y Manuel Rivas fueron el firme apoyo que avaló su candidatura.

El presidente de la Academia, Xesús Alonso Montero, también ve al escritor como «el perfecto candidato» por ser junto a Rosalía de Castro, Curros Enríquez o Celso Emilio Ferreiro uno de los poetas más cantados de la literatura gallega. Sobre las votaciones, aseguró que fue bastante problemático debido a que tuvieron que escoger entre «personalidades muy heterogéneas».

Los otros dos aspirantes, que ya habían sido propuestos el año pasado junto con Manuel María para las Letras de 2015, representan distintos movimientos. En el caso del ferrolano, Ricardo Carballo, su labor con la lingüística y en el reintegracionismo gallego lo llevan a tener más ensayos y narrativa entre sus obras, mientras que Xela Arias estuvo más marcada por su poesía, destacando su poemario «Tigres coma cabalos», libro de gran impacto en el panorama literario gallego en el año 1990.

Entre la poesía y la política

La primera obra de Manuel María, «Muiñeiro de brétemas», salía publicada en 1950 y significa no sólo el inicio de la conocida como «Escola de Tebra», sino también el primer libro publicado en gallego tras la Guerra Civil. Fue durante su estadía en la ciudad de Lugo, a la que se trasladó a estudiar de muy temprana edad. Pasaría la mayor parte de su vida en Monforte de Lemos, donde comenzó como procurador en lo tribunales y más tarde sería nombrado concejal por el BNG. Años más tarde decidiría retirarse de la vida política para centrarse en la literaria. En 1998, se traslada a La Coruña, donde muere en el año 2004 tras llevar un año como académico en la misma institución que ayer lo obsequiaba.