Manuel Pérez, único alcalde que ha tenido mayoría absoluta en Vigo, charla con ABC
Manuel Pérez, único alcalde que ha tenido mayoría absoluta en Vigo, charla con ABC - Miguel Muñiz
Entrevista

Manuel Pérez: «El PP no ha sabido contrarrestar a Abel Caballero, ni desde Vigo ni desde Santiago»

Por su condición de «ex» no le gusta hablar de los alcaldes, pero sí da un consejo: «Por la vía del enfrentamiento no se consigue nada»

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Manuel Pérez conseguía en Vigo la única victoria por mayoría absoluta de la democracia en Vigo. Corría el año 1995 y lo hacía bajo las siglas del PP. Transcurridos 20 años, los mismos que cumple la edición gallega de ABC, el exalcade no puede sino recordar la «ilusión» que entonces le provocó «poder hacer cosas para mejorar la vida de los vigueses». «Y, por qué no decirlo, la ilusión del triunfo y de la vanidad personal», admite.

—Los mejores resultados de un partido en Vigo. Dada la actual fragmentación política que hay ¿será difícil repetirlos?

—Desde luego no va a ser fácil y justamente por eso, por la fragmentación política que hay. Tampoco yo lo tuve fácil. En mi primer intento logramos pasar de 9 a 13 concejales, diría que 13 y pico, nos faltaron mil y pocos votos para la mayoría.

Después de aquello me quedé cuatro años en la oposición, en los que se hizo un trabajo muy intenso de calle. Logramos convencer a mucha gente de que el progresismo se practica y no solo se predica, y que nosotros éramos una opción de centro, moderada. Esto, sumado a que presentamos una lista con gente muy preparada entusiasmo a la ciudad.

—¿Qué ha cambiado en Vigo?

—Posiblemente su espíritu. Me parece que era Celso Emilio Ferreiro quien decía que Vigo era una «confederación de aldeas». Y bueno, Vigo vive en una demanda permanente. Al ser un área tan esparcida es difícil llevar los servicios a muchas zonas, con un coste mayor que en otras urbes. Como ejemplo le puedo decir que extender aquí el transporte metropolitano cuesta tres veces más que en La Coruña. A esto hay que sumarle una profunda crisis económica, que no podemos olvidar, y que se traduce en una reivindicación permanente. En mi época se demandaba suelo industrial, hoy muchas naves cuelgan el cartel de «se alquila», «se traspasa» o «se vende».

—¿A qué se debe el recelo con el que la ciudad es percibida en Galicia?

—En mi época, nosotros éramos más solidarios con el resto de las ciudades y éstas con nosotros. Es probable que hoy tenga que ver la propia situación política, con el enfrentamiento que se promociona desde la ciudad, situando como objetivo en contra a la Xunta y su presidente. Creo que desde los gobiernos autonómico y central sí se está atendiendo a la ciudad y esto no es percibido como tal. Le hablo de la depuradora, del hospital público, de la ampliación de Rande (...). Claro que se hacen cosas importantes, esto no se puede negar, como tampoco que se pueden hacer más, pero nunca lo lograremos por la vía del enfrentamiento.

—Me está hablando claramente de Caballero. ¿Le suena su discurso localista?

—Claro que me suena. Tengo que decir que a mí no me gusta hablar del alcalde por una cuestión de respeto, pero las cifras no son opinables. Caballero sigue una estrategia localista que a mí me recuerda a una persona muy querida en la ciudad, Antonio Nieto Figueroa, pero con matices. «Leri», con solo cuatro reglas, jugaba al localismo y conseguía 3 o 4 concejales. Caballero es catedrático de universidad. El actual alcalde puede sacar mejor resultado. Este juego localista, en el que a muchos nos parece que sobreactúa, prende en la ciudad, y el PP no ha sabido contrarrestarlo, ni desde Vigo ni desde Santiago. Al alcalde se le desmonta con datos.

—¿Qué retos tiene la ciudad?

—La recuperación económica, la creación de empleo, ver las gradas llenas en los astilleros... devolverle la tranquilidad a la sociedad viguesa.

—De ayer a hoy muchas cosas han cambiado, pero se encuentran ciertas similitudes que vienen al caso. Entonces hay una clara designación del candidato desde la dirección gallega y la militancia se revuelve, le habló de las municipales de 1999. La historia se repite.

—Ya había pasado en 1991 cuando excluyeron a Carlos Mantilla. En 1999 fue más grave, yo era alcalde por mayoría absoluta, con una amplia aceptación popular, creo que con buena gestión y sin casos de corrupción. El castigo electoral fue comprensible. Ahora el PP está en la oposición, digamos que la situación no es comparable, aunque las maneras fueron desafortunadas entonces y ahora.

—El partido finalmente acató la decisión de Fraga y cayó, ¿cree que pasará igual con la candidata de Feijóo? ¿No me negará que se ha generado un importante revuelo en Arenal?

—Claro que pasará igual. No solo se va a arropar a Elena, sino que el partido al completo se implicará. Las aguas volverán a su curso, lo que no quita que desde mi punto de vista las cosas se podrían haber hecho mucho mejor.

—¿Qué opina de la elección de Muñoz?

—Me parece una candidata excelente, por la preparación que tiene, por los puestos que ha desempeñado y por su propia condición de funcionaria. No necesita la política para vivir. Le hablo por experiencia cuando le digo que no es fácil dejar una Consellería de un área que uno entiende. Está siendo muy generosa. Otro componente es la humildad que inspira, y que conseguirá de la militancia y de quien defiende los colores del PP. ¿No queda mucho tiempo?, yo creo que el suficiente. Elena representa una ilusión y creo que otro modo de hacer política.

—No lo tiene nada fácil, enfrente un «auténtico animal político», como le ha llegado a definir usted mismo. —Sin duda. Caballero es un político las 24 horas. Está en todos los lugares y en el cuerpo a cuerpo liga bien. Elena Muñoz además de su valía tiene que jugar a una buena lista, es importante que se sepa rodear bien. Necesitará patear mucho, para conocer, saber de los problemas y asumir compromisos.

—José Manuel Figueroa aterrizó de su mano en el Ayuntamiento, ¿hubiera sido el candidato natural?

—Sí, yo creo que sí. Muchos sabíamos que no iba a ser el candidato, y él mismo también, pero se podía haber vestido de otra manera.

—En su opinión, ¿ha pagado el actual presidente del PP local un pacto presupuestario con el PSOE que no sentó bien en Santiago?

—Fue un ejercicio de responsabilidad, de generosidad, sabedor que el alcalde iba a cumplir de «aquella manera».

—¿Debería contar con él Muñoz en las listas?

—Es una decisión de Muñoz como candidata. Yo prefiero no opinar de ello, pero en todo caso creo que el partido tiene una deuda o por lo menos un compromiso con Chema Figueroa.

—¿Estará Pérez en la campaña?

— Si me lo piden estaré.

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