Fachada del edificio de Betanzos que se empezó a desmoronar por dentro
Fachada del edificio de Betanzos que se empezó a desmoronar por dentro - efe

El edificio derrumbado en Betanzos fue calificado por los técnicos como ruinoso

El desmoronamiento afectó a un local de hostelería con diez personas dentro. En febrero del 2013, el Concello dio un plazo de 6 meses para su demolición

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El mal estado en el que se encontraba el edificio de cinco plantas que en la madrugada de este domingo empezó a desmoronarse en Betanzos era de sobra conocido por los vecinos de la avenida Castela. También tenían presente la ruinosa situación del inmueble los responsables del Concello de la localidad, que en febrero del 2013 declararon la ruina económica y urbanística del edificio, así como su total demolición en base a los informes redactados por los técnicos de urbanismo. Para echarlo abajo, el Ayuntamiento fijó un plazo de seis meses que se acabó dilatando en el tiempo debido a un recurso presentado por el dueño del inmueble. Su actuación paralizó el derrumbe a la espera de que la resolución se resolviese, pero la construcción no dio más de sí.

La apremiante situación en la que esta antigua construcción se encontraba obligó el pasado domingo a desalojar a una decena de personas que cenaban en un local ubicado en la planta baja ante la inesperada caída de un sinfín de cascotes de hormigón, ladrillo y tablas de madera. Los desprendimientos, que llegaron a atravesar varias plantas, no provocaron daños personales, pero sí dieron cuenta de la «urgencia y peligrosidad» del edificio. De ahí que el Ayuntamiento de Betanzos decretase este lunes la clausura del restaurante «El patio del secadero», en el que cenaban los desalojados y que, según algunas fuentes, preparaba ya las celebraciones de cara a la noche de Fin de Año.

«A mi nieta le tenía prohibido ir a las cenas allí por miedo a que se les cayese el techo encima»

«Lo veíamos venir y al final cayó», aseguraba este lunes un vecino de un inmueble cercano con la vista puesta en los pedazos de hormigón que se desprendieron del edificio y acabaron en mitad la calle. La caída de parte de la estructura implicó el corte al tráfico de la vía, justo a la entrada de Betanzos, que fue acordonada para garantizar la seguridad de los que transitaban por la zona. Unos y otros coincidían en que el derrumbe del domingo era algo anunciado por el mal estado en el que se encontraba el bloque abandonado en el que —llegó a indicar una vecina de la calle— «había ratas y bichos». La construcción, explica, databa del 1948.

Orden de cierre inmediata

Durante la mañana del lunes, la arquitecta del municipio accedió al inmueble acompañada de varios efectivos del parque de bomberos que comprobaron el estado de la edificación para elaborar los correspondientes informes técnicos. Unos exámenes que más tarde derivarían en la orden de clausura y cierre del local de restauración que mantenía sus puertas abiertas al público en la planta baja. El restaurante en el que se produjeron los desprendimientos —calificados de «alta peligrosidad» por el Concello de Betanzos— abrió en 1998 y ocupaba un antiguo local industrial dedicado al secado de lúpulo.

«Estábamos esperando a que lo demolieran de una vez, pero se cayó antes», declaró a Efe una lugareña tras reconocer que «a mi nieta le tenía prohibido ir a las cenas que se organizaban allí porque me daba miedo que se les cayese el techo encima». La preocupación de los vecinos de la zona era tal que incluso llegaron a denunciar ante el Ayuntamiento el estado del edificio. Las primeras de estas reclamaciones datan del año 2004. Hace unos meses, colocaron en él una red de sujeción.

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