Varios militares del portaaeronaves de la armada estadounidense USS Iwo Jima trabajan en la cubierta de mantenimiento
Varios militares del portaaeronaves de la armada estadounidense USS Iwo Jima trabajan en la cubierta de mantenimiento - abc
internacional

Un portaaviones americano con más de 2.500 personas a bordo atraca en Valencia

El buque Iwo Jima se utiliza para el transporte de tropas a las zonas de batalla y permanecerá en la ciudad una semana

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Iwo Jima. Así se llama el portaaviones norteamericano que este domingo atracó en Valencia y que permanecerá en el puerto hasta el próximo lunes 7 de julio. El buque hace escala tras realizar una misión de siete meses en Oriente Próximo y antes de emprender el viaje de regreso a casa en May Port, Florida.

La tripulación aprovecha este alto en el camino para hacer turismo por la ciudad, de la que se confiesan enamorados, y descubrir lo mejor de la gastronomía mediterránea en los restaurantes del centro histórico o en los locales a pie de playa.

El USS Iwo Jima LHD 7 es un buque de asalto anfibio de la clase Wasp construido principalmente para el transporte de tropas por mar y aire a las zonas de batalla, y que completa el trío formado por el Fort McHenry, con alrededor de 1.000 marineros a bordo, y el New York con cerca de 1.200.

A bordo de este gigante de 257 metros de eslora y una potencia de 70.000 caballos viajan 1.500 marines y otras 1.100 personas de marinería del barco. Y junto a ellos una flota de 200 vehículos militares ubicados en dos plantas y cerca de medio centenar de helicópteros y aviones.

El Iwo Jima además de portaaviones también es el hogar de las más de 2.500 personas que viajan a bordo. «Vivir aquí es durísimo, te vuelves loco. Durante semanas lo único que ves es agua», comenta el marine Javier Gutiérrez. La jordana laboral de estos soldados dura doce horas, de siete de la mañana a siete de la tarde, por lo que les quedan otras doce horas restantes para realizar distintas actividades y dormir.

El buque cuenta con biblioteca, gimnasio y un comedor que se convierte en el centro del ocio a bordo para que los marines puedan afrontar mejor esta dura experiencia. «Es muy importante mantenerles motivados y que sepan cuál es el objetivo», afirma el capitán Dana R. Gordon.

Para ello el oficial ha desarrollado distintas iniciativas con las que pretende incentivar el trabajo de sus hombres. Una de estas acciones se lleva a cabo todos los días a la una del mediodía, cuando el capitán selecciona a un marine que ha realizado un servicio destacado y le reconoce el trabajo bien hecho por megafonía para que toda la tripulación lo escuche. También ha impulsado la actividad del baño o la pesca en alta mar.

La seguridad es lo primero

Aunque todos son marines, las motivaciones que les han llevado a ello son muy distintas. En el caso del capitán Gordon fue porque la marina le concedió una beca para cursar sus estudios de Ingeniería Informática y, a cambio, debía prestar un servicio mínimo de 19 años. En el caso del capitán McMillan, hijo de un piloto de las fuerzas aéreas, fue su pasión por el vuelo. O el caso del marine Jairo Bonilla, que desde joven tenía claro que quería formar parte de este cuerpo «porque son los mejores».

En cualquier caso el punto de encuentro de todos estos hombres es el deseo de mantener a salvo a su nación de las amenazas externas. «Trabajo para evitar que los peligros lleguen a mi país», afirma el coronel de Marines Benedict. Porque como ellos mismos dicen: «stay safe», manténte a salvo.

Ver los comentarios