Luis Santamaría observa a María José Catalá en una imagen de archivo
Luis Santamaría observa a María José Catalá en una imagen de archivo - abc
POLÍTICA

Un delegado del Gobierno para medio año y con plaza para las elecciones generales

Juan Carlos Valderrama, quien ha sustituido de forma interina a Castellano, no seguirá en el cargo; las quinielas apuntan al conseller en funciones de Gobernación, Luis Santamaría

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La destitución de Serafín Castellano como delegado del Gobierno tras su detención e imputación en un caso que investiga una trama de fraude en las adjudicaciones públicas en sus etapas como conseller que arrancaría en 2002 en Sanidad ha dejado a vacante el único cargo insitucional de peso que le quedaba al Partido Popular en la Comunidad Valenciana tras el varapalo de las elecciones autonómicas y municipales.

Conforme establece la ley, el cargo ha sido asumido en funciones por el subdelegado del Gobierno en Valencia, Juan Carlos Valderrama. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, se limitó a explicar el viernes que el sustituto deberá superar un informe de idoneidad para el puesto y cuando este esté concluido, será nombrado.

Sáenz de Santamaría señaló que este requisito es obligatorio tras la entrada en vigor de la ley del alto cargo, una de las normas del paquete de regeneración democrática presentado por el Gobierno.

Valderrama, con todo, tiene los días contados. Su llegada a la subdelegación de produjo de la mano de Serafín Castellano, lo que supone un lastre para sus aspiraciones.

El PP, con Alberto Fabra de salida, quiere acertar en el nombramiento en una de las regiones en las que ha sufrido un mayor retroceso electoral y en el que durante meses planeará la sombra del caso abierto contra Serafín Castellano.

Sin embargo, el nombramiento no se puede demorar excesivamente. La pérdida de poder en las principales instituciones, salvo en la Diputación de Castellón y, previsiblemente, la de Alicante, hace que el abanico de candidatos sea amplio. El delegado del Gobierno gozará de especial visibilidad pública hasta las próximas elecciones generales y tendrá como principal cometido vender la gestión del Ejecutivo en la región. Esta era la tarea que tenía encomendada Castellano, quien de hecho la pasada semana ya reactivó su agenda pública. Su detención el viernes supuso la puntilla para un PP marcado por el goteo de casos de corrupción en la última legislatura.

En este contexto, el perfil que encajaría sería el de Luis Santamaría. El conseller de Gobernación en funciones fue subdelgado del Gobierno en la provincia de Valencia hasta que Fabra le reclutó para el Ejecutivo autonómico. Fue el encargado de pilotar la ley de Señas de Identidad y gestionó la crisis por el derrumbamiento de la montaña en Cortes de Pallás y la campaña de incendios del pasado verano.

Santamaría, que se ocupó de dirigir el programa electoral con el que el PP se presentó a las elecciones autonómicas, no llegó a coincidir con Castellano. El día que el ahora imputado fue nombrado delegado del Gobierno, Santamaría dejó la subdelegación para ocupar la Conselleria de Gobernación.

El destino puede hacer que ahora vuelva a sustituir a Castellano, aunque en unas condiciones muy distintas a las que se produjeron el pasado año.

El nuevo delegado del Gobierno, no obstante, debería tener como contraprestación tener un sitio asegurado en las listas para las próximas elecciones generales, toda vez que se asume que el cargo podría tener fecha de caducidad sin en noviembre el PP no logra revalidar su mayoría.

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