Fabra propone a los valencianos «caminar juntos» y se dice «satisfecho» con lo hecho

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha asegurado este domingo que lleva muy bien su candidatura y que se ve presidiendo el Gobierno valenciano durante la Romería del próximo año, aunque ha dicho que «hay que saber demostrar lo que hemos hecho y lo que somos capaces de ofrecer a los ciudadanos, pues, al final, las elecciones son una prueba de confianza y, desde luego, estamos razonablemente satisfechos de lo que hemos hecho, pero somos conscientes de que queda mucho por hacer».

Fabra ha realizado estas declaraciones en el Ayuntamiento de Castellón, donde ha atendido a los medios antes de participar en la Romería que se ha celebrado este domingo dentro de la programación de las fiestas de la Magdalena.

Preguntado por la corrupción y las listas municipales, el candidato del PP ha señalado que están compartiendo criterios con todos los presidentes provinciales y lo cierto es que hay unanimidad. «Tenemos que ser muy ejemplares para generar confianza y, para ello, lo mejor es poder seguir trabajando con honestidad, con honradez, con compromisos claros y sabiendo explicar todo, sin agachar la mirada, con la cabeza bien alta y, sobre todo, apostando por lo que debe ser el futuro de cada uno de los municipios de la Comunitat».

Fundación de la ciudad

Decenas de miles de castellonenses han madrugado hoy animados por la campana Vicente y por la pirotecnia para hacerse con la tradicional caña y cinta verde y partir formando parte de la Romeria de Les Canyes para recordar la fundación de la ciudad y reafirmarse en el sentimiento colectivo de pueblo.

El Ayuntamiento ha facilitado 25.000 cañas para los romeros que han participado este año en el acto más multitudinario de las fiestas de la Magdalena. Tras el almuerzo, la marea de cañas y cintas se ha encaminado hacia el Castell Vell, lugar de asentamiento de los antepasados de la ciudad, que abandonaron para dirigirse hacia La Plana en 1.252 por el privilegio otorgado por el Rey Jaume I.

Allí es donde se desarrolla la comida, que normalmente suele estar compuesta por una tortilla de habas o un plato de paella, ofrecido por el Ayuntamiento de la ciudad, que cocina una gigante. Y entonces comienza lo que es en esencia la conmemoración de la fundación de la ciudad: la «torná» desde el cerro hasta la ciudad, que cuando se realizó, siete siglos atrás, sobrevino la noche y una tempestad y las tierras, que eran pantanosas y fangosas, obligaron a portar un cayado y a iluminar el camino con un candil.