El Valencia sufre para ganar al Getafe

Sudó la gota gorda el Valencia para sujetar la victoria. Mínima. De penalti resuelto por Negredo. Sufrió el triunfo porque el Getafe apuró la historia en los segundos finales de un partido que gobernó el conjunto de Nuno en muchas fases por posesión, que no por claridad, que pudo resolver con tiempo, pero que encontró a un serio en defensa y animado en ataque en la recta final equipo de Quique Sánchez. Sarabia erró incomprensiblemente una acción con el tiempo cumplido. Fue nuevo en el viejo estadio el horario, pero dio para agarrar tres puntos que permiten mantener la zona Champions a los blanquinegros.

Para el parroquiano valencianista fue un partido diferente como nunca desde los prolegómenos mismos. En los 95 años de historia del club, hasta el duelo ante el equipo madrileño, no había registro alguno de encuentros oficiales en Mestalla a las doce del mediodía.

El encaje del horario, lógicamente, es mucho más tierno que la narración valencianista. Como visitante sí había competido en esa franja.

Hasta la fecha, cuando la Liga de Fútbol marcaba las doce para el coliseo valenciano, inmediata era la petición de cambio. Más de una década llevaba el Rastro de comerciantes localizándose en las inmediaciones de Mestalla los domingos. Por seguridad y organización, los partidos de fútbol no cuadraban. El giro lleva el mismo nombre protagonista que el de los últimos cambios en el club: Peter Lim. Y la clave: el horario es propicio para que los encuentros en directo del Valencia lleguen al mercado asiático.

Un Getafe pretoriano

Huérfano de goles el primer tiempo, dos cuestiones fundamentaron los ejes del partido. Evidente y lógico fue el protagonismo valencianista con el balón. Gobernaron la posesión del balón, aunque por fases faltó clarividencia en la orquestación ofensiva. Enzo Pérez marchó más por el centro y Parejo lo hizo con tendencia hacia la derecha. Más presencia del capitán por esa zona central quizás hubiese recargado de argumentos a los de Nuno.

Signo de identidad del Valencia es la profundización por los costados. Los laterales largos. Gayá se incorporó mayúsculo al minuto de iniciarse el partido y su asistencia a Negredo encontró finalmente la respuesta de la guardia pretoriana del Getafe. El conjunto de Quique Sánchez Flores, quien regresaba a su casa, se armó perfectamente desde atrás. Y procuró taponar bien precisamente el juego ofensivo valencianista por los carriles. Y salvo alguna acción, lo logró. Por el centro también se cerró bien. Serios. Firmes. Y cuando el Valencia encontró el hueco, Jona, portero que se hizo en la cantera valencianista, respondió.

Los madrileños intentaron salir al contragolpe, pero el bagaje en ataque y los intentos ante Diego Alves se quedaron casi en lo anecdótico. Tuvo más el Valencia, pero los metros finales hacia Jona se hicieron angustiosos.

El libreto no cambió en la reanudación. La misma propuesta local y visitante. Consumidos diez minutos, llegó la mejor situación de partido con tres protagonistas. Barragán centró perfecto por la derecha hacia el segundo palo, Negredo remató potente de cabeza y Jona voló para meter el guante al balón y repelerlo hacia el palo. Preciosa acción con premio para el portero valenciano.

Del penalti al sufrimiento

Caminó el encuentro por una fase de bloqueo. Reiteraron unos y otros en sus argumentos. Pero la historia entraba en una fase áspera e imprecisa. En todo caso, el Valencia siguió buscando los costados y los centros. Sobre todo, por la izquierda con un Pablo Piatti siempre activo. Pasados los setenta minutos, Negredo le ganó la posición a Juan Rodríguez dentro del área madrileña, y el centrocampista del Getafe, aún sin voluntariedad, ya con la pierna cargada para despejar golpeó al delantero valencianista. Penalti.

El propio Negredo marcó el 1-0. Resultado que pudo ampliar al poco Rodrigo tras una notable acción de Feghouli -el argelino dio frescura y electricidad a los locales- por la derecha, cuyo «pase de la muerte» lo remató el delantero, en excelente posición y situación, por encima del larguero. Por el mismo sitio se le fue luego al propio Rodrigo un remate de cabeza a centro de Piatti.

El Getafe, por debajo en el marcador, aunque quiso estirarse no tuvo eficacia ni en las jugadas a balón parado forzadas, ni en los lanzamientos de media distancia. Sarabia, en el tiempo de prolongación, falló lo incomprensible en un balón que le quedó en el segundo palo, solo y con Alves superado.