María Miret, de vacaciones en España, posa en el campo del Xeraco
María Miret, de vacaciones en España, posa en el campo del Xeraco - rober solsona
DEPORTE FEMENINO

María Miret: Reencuentro con el fútbol

María Miret, jugadora de los Apaches de Dallas, compite en Estados Unidos, donde ha recuperado la fe por el trabajo y su deporte, al tiempo que estudia Arquitectura

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De mayúscula precisión es al referirse a lo que el fútbol es para ella: todo. Podría decirse que la narración de la vida de uno es el escrutinio de innumerables decisiones. Y algunas de ellas permiten sostener o soltar los sueños posibles, los que se construyen progresivamente en realidades o los que por el contrario se quedan en un intento de algo inacabado. Decidió María Miret Bofi (Xeraco, Valencia, 13/5/1995) dar un giro en su vida para que no se le escurriera el fútbol, para evitar que eso que es su todo se evaporase entre los contrastes vividos. De unos inicios brillantes y ser fija con la selecciones inferiores deEspaña, aglutinando presencias en Europeos, a encontrarse con excesivos obstáculos para seguir si quiera jugando.

«Se trataba de dar un giro radical o dejarme el fútbol», subraya la futbolista del Apaches de Dallas. María, de mirada dulce y discurso rotundamente fundado, se marchó a la ciudad texana para seguir sus estudios de Arquitectura y, sobre todo, para reencontrarse con la ilusión por el deporte que le agarró desde los adentros.

El fútbol, por su padre, le vino de cuna en Xeraco. No fueron fáciles los inicios con cinco años. Se temía porque le hiciesen daño o por ahorrarse de algunos expresiones propias de otro siglo. «Siempre escuchabas alguna voz que decía ‘dale una patada a la chica’ o ‘vete a jugar con las muñecas’ o ‘vete a coser’… No había equipo de chicas, así que jugaba con chicos, de central, y era bastante buena. Aunque a mi padre no le gustaba lo que escuchaba, se dio cuenta de que no me lo pensaba dejar», recuerda.

Con once años le llegó una propuesta desde la Vall d’Alfàndec, donde se iniciaba un proyecto de escuela femenina. María destacó desde el principio. Poco tiempo pasó hasta que fuese convocada por la Selección valenciana. Con el ascenso a Primera Regional, contactó con ella el Levante para su equipo C. «Hice la pretemporada con el C, pero tres días, porque subí enseguida al B. Tenía 15 años. A los tres meses de estar con el B empezaron a llamarme para las categorías inferiores de la Selección española y una vez empecé siempre fui entre la sub’16 y la sub’19. He ido siempre, excepto el año pasado, a todos los Europeos», explica la centrocampista.

Rafa Aranda era el entrenador del equipo de Superliga. Promocionó a Miret, que recuerda perfectamente ese final de temporada: «Debuté en el último partido de Liga contra el Estartit el 17 de abril de 2011. Perdíamos 1-0. Marqué de cabeza para el 1-1 y acabamos ganando 1-2. Luego ya jugué con ellas la Copa de la Reina».

Para la campaña siguiente hubo un cambio de técnico. La internacional por España en categorías inferiores comenzó a notar los contrastes del fútbol y como su progresión se veía cortada. Tanto que acabó saliendo de la entidad a falta de unos tres meses para finalizar la temporada y el último tramo de cara a las pruebas de Selectividad. Dejó Valencia y se fue al San Gabriel de Barcelona.

«Los miércoles salía de clase, me iba a Barcelona y entrenaba con el San Gabriel lo que restaba de semana, jugaba y regresaba a Valencia. Fue en 2º de Bachiller, con el Selectivo, que es una locura, pero lo saqué», detalla. En la 2013-2014, siguió en San Gabriel, pero un cúmulo de situaciones bloqueaba su progresión.

«Lo que había vivido en los últimos años me llevó a dudar de mí misma y de lo que para mí siempre ha sido importante: el trabajo. Ni soy una jugadora súper técnica, ni que dices qué rápida es, pero lo que siempre he tenido es que he trabajado un montón. Perdí la ilusión no por el fútbol, sino por el que el trabajo diese recompensa. Pensé: ‘O doy un cambio radical o me dejo el fútbol’», relata como antesala a marcharse a Estados Unidos.

«Allí tienes que pasar sí o sí por las ligas universitarias para poder alcanzar la liga profesional, que tiene una estructura increíble. Las pruebas de inglés que pedían me dieron para elegir entre la oferta de universidades que competían en División 2. No me importó. Lo que quería era irme. Tenía varias opciones y elegí Dallas», explica Miret.

Confiesa, ilusionada, que ha recuperado la fe en sí misma. Y eso que notó meridianamente las diferencias desde que llegó. Tres sesiones diarias y prácticamente físicas durante los primeros quince días: «La verdad es que pensé, pero dónde me he metido». Se adaptó a esa nueva forma de ver el fútbol.

«Físicamente, nos pasan por encima. Técnicamente, no tienen nuestro nivel. Pero claro, si cuando yo recibo el balón aquí tienes dos, tres segundos para reaccionar, allí tienes uno. Debes mejorar mucho tu técnica allí. Son entrenos muy físicos, aunque a mi entrenador -Corey Rose- le gusta mucho el balón», describe María, que acabó 2014 en el once de oro del torneo.

Flexibilidad con los estudios

Desarrolla, con total adaptación y flexibilidad, sus estudios de Arquitectura: «Están muy encima. Debes ser un buen deportista, pero también un buen estudiante. Nuestro entrenador tiene todas las notas y cuando llegan exámenes es prioritario lo académico. Pero además la gente está muy orgullosa de sus equipos y salen resúmenes de nuestros partidos en televisión. Es otro mundo».

Miret ha recuperado la ilusión por el fútbol -del que dice que «nunca lograré devolverle todo lo que le ha dado- y por ese argumento básico de su libro de estilo, que es el trabajo. Sus planes: seguir en Estados Unidos y caminar hacia el profesionalismo. A sus 19 años, consciente de que tiene mucho que trabajar, ensueña con un regreso a la Selección española, pero ya en categoría absoluta, para la que de momento tiene un deseo: «Para las compañeras que irán al Mundial de Canadá este verano tengo la creencia y la ilusión de que van a hacer un trabajo magnífico».

Ver los comentarios