Sara Monforte posa en el estadio de Mestalla
Sara Monforte posa en el estadio de Mestalla - ROBER SOLSONA
DEPORTE FEMENINO

Desde las raíces del fútbol femenino

Sara Monforte, la brújula del Valencia Femenino, reflexiona desde la experiencia y el éxito sobre el progreso del papel de la mujer en el balompié

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Atesora un anecdotario cuantioso en experiencias, historias, capítulos únicos para dar cuenta de cómo ha evolucionado el fútbol femenino. Empezó en campos de tierra cuando las mentes no respetaban eso de que una mujer -entonces una niña de ocho años, que empezó a darle patadas a un balón imitando a su hermano- jugase al fútbol. Desgraciadamente todavía hoy quedan voces o mentalidades discordantes con esto, pero al menos progresivamente se diluyen. Desaparecerán. Su camino, entre varios de los equipos más importantes en España con los que vivió y sigue disfrutando éxitos, pasa hoy por el Valencia Femenino. No le apura el momento de colgar las botas porque sigue gozando de su pasión, pero sin perder de vista el futuro no le cabe duda de que lo suyo será ser entrenadora.

Sara Monforte Mestre (Castellón, 14/10/1980) dirige desde el centro del campo valencianista con una excelente zurda, pero entiende que sacando argumentos de su mochila vital también ejerce un rol fundamental.

De niña no paraba de ir a ver a su hermano, diez años mayor, en los entrenamientos y los partidos. Para ella, con ocho años, no hubo discusión. Quería jugar a fútbol. «Cuando empecé a jugar siempre había comentarios negativos o despectivos sobre las jugadoras. Es difícil tener personalidad y decir: ‘yo me quiero dedicar a esto y disfrutar con lo que hago’. Soy una persona con bastante personalidad. Disfrutaba jugando y no me importaba lo que dijeran. Ahora juegas a fútbol y es súper normal. Cada vez hay más niñas que quieren dedicarse a esto porque no es tan raro», cuenta Sara.

Por entonces se inició en el Panteras de Castellón (1996-1999). Aquella niña apuntaba alto y con el tiempo no tardaron en convocarla para la selección valenciana. Más tarde comenzó a recibir llamadas del Levante. «Me costó mucho salir de Castellón. Era muy joven; tenía 16 años. Empezaron a llamarme, pero hasta los 19 no salí. Y hasta hoy, con 34, jugando a fútbol. Es una cosa vocacional», explica.

Progreso en féminas

El fútbol femenino en España ha ido dando pasos importantes para su asentamiento y la proliferación de grandes jugadoras y clubes. Ejemplifica el progreso la clasificación lograda para el Mundial absoluto, pero también los logros obtenidos en las categorías inferiores del combinado nacional. Monforte acude a los recuerdos, no tan lejanos, para repasar algunos de esos puntos de evolución: «Cuando empecé y fiché por primera vez por el Levante fui de las primeras jugadoras que entraban en lo que se entiende por un mercado de fichajes. Vinieron entonces andaluzas al Levante. Ahora casi todos los equipos fichan jugadoras en un mercado más regularizado. Obviamente no tenemos el dinero que se maneja en chicos, pero cada año hay movimientos. Hoy cualquier jugadora puede jugar en cualquier lado».

Sara también subraya el cambio que ha ido desarrollándose en cuanto a la estructura de los clubes: «Cada vez se implican más; tienen más recursos. Eso lo noto mucho. Antes tenías que pelearte por conseguir balones y material. Incluso entrenábamos con nuestra ropa y rezabas para que no se rompiesen las botas».

Fomento valencianista

La futbolista destaca el impulso dado, sobre todo en los dos últimos años, en el Valencia Femenino a través de la Fundación VCF y el propio club: «El año pasado ya se apostó más económicamente, lo que hace tirar para adelante o no. Se gestiona muy bien. Y en dos años, pasito a pasito, incorporando gente poco a poco, se ha crecido mucho. El club tiene muy claro lo que quiere y creo que el camino por el que va es el correcto».

La competición española ha ido creciendo en todos sus ámbitos -todavía queda mucho camino-, pero especialmente se nota en la calidad de jugadoras y entrenadores. «En mis inicios, el Levante era referencia y arrasábamos y metíamos en cada partido siete, ocho, diez goles… El nivel ha subido mucho. El Barcelona parece que está un escalón por encima, pero Athletic, Atlético,Valencia, Rayo, Levante… tienen un gran nivel tanto en lo técnico como en lo táctico. Se trabaja muy bien a nivel de entrenadores. Los técnicos están muy preparados y se nota», significa.

Un reencuentro

Sara identifica la liga alemana como la más potente en féminas. No es cuestión sólo de calidad de jugadoras, sino también de una férrea estructura y equipos como el Wolfsburgo (campeón de Europa) o el Frankfurth. En Francia, el PSG se remoza para intentar desbancar al Olympique de Lyon. En Suecia, la sorpresa es que el gran Tyreso ha desaparecido. En Inglaterra, destacan el Arsenal o el Bristol, donde hay varias españolas. «En Estados Unidos se está haciendo inversión, pero yo siempre elegiría Europa», asegura Monforte, que el pasado verano tuvo una oferta de Italia, pero «decidí que no, porque tengo demasiadas cosas que me unen al Valencia y le debo demasiadas cosas». Llegó al Valencia procedente del Español. Fue un momento clave para su carrera: «Había perdido un poco la motivación. Me asquee por cosas que pasaron. He reencontrado mi amor por el fútbol aquí».

Una jugadora con alma de entrenadora. Es su sueño futuro. Por el momento, sigue sobre el césped. «Soy muy pasional y muy competitiva, pero tengo una forma de transmitirlo que llega a las compañeras. Intento ayudarles. Tengo claro el rol en el equipo. Quizás ya no puedo jugar 90 minutos, pero sí 50-60; se me pide un papel que tengo claro», concluye la futbolista.

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