Valladolid dice adiós a Lalo García

Apenas han pasado 24 horas desde que un piragüista encontraba el cuerpo de Gonzalo García Téllez «Lalo» en el río Pisuerga de Valladolid y la capital pucelana aún no da crédito a la noticia de que «el gran capitán» nunca volverá al Polideportivo Pisuerga, ese en el que era el rey y junto al que apareció su cadáver tras 27 días de búsqueda.

Durante este tiempo el hastag #ValladolidconLalo mantenía vivas las esperanzas y el deseo de todos los vallisoletanos y de los amantes del baloncesto en general de que el mítico escolta del Forum Valladolid apareciera con vida. Tras la confirmación de la trágica noticia son muchos los que aún no se creen que se haya marchado el hombre que les hizo vibrar en la cancha, que prefirió quedarse en Valladolid cobrando menos y que se convirtió en santo y seña de un equipo y de una ciudad necesitada de iconos deportivos.

Ahora los internautas han recurrido a otras etiquetas como #LaloEterno o #DEPLalo.

Por su parte el club de sus amores, ahora denominado MyWigo Valladolid, ha anunciado esta mañana que durante los prolegómenos de su encuentro de este domingo ante Lleida rendirá homenaje al que fuera su capitán.

Similitudes con el club

Las circunstancias han querido que el declive de Lalo se haya ido produciendo de forma paralela al ocaso del club de sus amores, donde los jugadores viven de ayudas ya que el club les adeuda el salario de cinco meses. Una coincidencia que ha hecho que los aficionados al baloncesto prefieran evadirse a esos tiempos en los que «el gran capitán» comandaba un equipo en el que había jugadores de la talla de Arvydas Sabonis u Óscar Schmidt, una época en la tanto la entidad morada como el propio Lalo eran felices.

A lo largo del día de ayer, fueron muchos los compañero de aquella época que han querido dar su último adiós al que fuera su capitán. Desde Óscar Yebra o Anicet Lavodrama hasta el último técnico de Lalo, Gustavo Aranzana, las redes sociales se han convertido en un hervidero de mensajes deseando que «descanse en paz». Mención especial merece Mike Hansen, quien por cercanía ha sido la cara visible de todas esas plantillas. Un Mike Hansen que ayer era el claro ejemplo de la desolación.

A partir de ahora tanto los excompañeros de Lalo como los vallisoletanos tendrán que acostumbrarse a vivir del recuerdo del que fue su buque insignia, una mirada hacia atrás que en cada partido del actual MyWigo Valladolid se reflejará en la camiseta con el dorsal número cinco que cuelga en lo alto del Pabellón Pisuerga.