Sara Pérez Tomé
Sara Pérez Tomé - m.álvarez
semana de la familia

«Envejecer está mal visto y eso es una idea retrógrada»

La experta en el asesoramiento afectivo, Sara Pérez Tomé, reclama que se devuelva a los mayores su papel «fundamental» en la sociedad

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La psicóloga del Gabinete de Asesoramiento Familiar Sophya de Madrid, Sara Pérez Tomé, participó en la Semana de la Familia que organiza el Obispado de Zamora para hablar sobre la Edad de Oro y su presencia en la sociedad. Pérez Tomé, que lleva más de 25 años dedicados a la orientación familiar en el mundo del asesoramiento afectivo y educativo, considera que hay que devolver a las personas mayores un papel fundamental en la sociedad.

-¿Cuál es la mayor aportación de las personas mayores a la sociedad?

-Dos valores fundamentales: tiempo y experiencia. El tiempo para disfrutar de él y la experiencia porque es la suma de lo vivido año tras año. Sean buenas o malas, las experiencias nos ayuda a vivir la vida con el sexto sentido.

Las personas mayores utilizan mucho el sexto sentido y esto sólo se tiene con el paso de los años.

-¿Las personas mayores ocupan el lugar que merecen en la sociedad y en la familia?

-En la sociedad no y en la familia depende. En la sociedad se cree que envejecer es sinónimo de enfermedad, de carencias, de soledad… Y no es así. Las personas hemos ganado años a la vida en calidad. En la sociedad está mal visto envejecer y ésa es una idea retrógrada. En las familias, los abuelos han recuperado un espacio, pero es algo puramente pragmático. Con la conciliación de la vida laboral y familiar, los abuelos son abuelos canguros. Reposa sobre ellos la atención a los niños de las familias. Esto tampoco debe ser así. Cuando un abuelo dedica más de 15 horas a la semana a los niños, deja de ser abuelo para ser padre. Eso no puede ser así. Hay que ser capaces de entender la posición transversal de los abuelos en las familias.

-Tal vez ellos mismos hayan asumido ese papel que le da la sociedad y la familia…

-Lo aceptan porque les han enseñado eso. Creen que tras la jubilación el resto de sus días ha de emplearse en matar el tiempo, pero eso no debe de ser así. Al ganar en calidad de vida las personas que viven en la edad de oro pueden aportar muchas cosas en la familia y en la sociedad. La media de esperanza de vida ha subido, ahora una persona de 70 años pueden tener una soltura civil que le permite vivir en plenitud en la sociedad. La edad de oro no es un apartado social, hay muchas ONG y asociaciones que se soportan parte de su trabajo con gente mayor de 60 años. Se nos ha olvidado que muchos personajes vivieron sus días espléndidos cuando eran bastante mayores: Churchill o la Madre Teresa de Calcuta. El sexto sentido les hace proyectarse en la sociedad de otra forma y eso deben aprovecharlo.

-¿Quiénes viven mejor la edad de oro, los mayores de las grandes ciudades o los de la zona rural?

-Curiosamente, la gente mayor en las grandes ciudades se siente muy sola. Allí sienten muy grandes las distancias con sus familias. Efectivamente, una gran masa de la población española está llena de gente jubilada y prejubilada. España tiene el ratio más alto de la UE, siendo Galicia la Comunidad que tiene más gente prejubilada y menos nacimientos y Zamora está entre las diez primeras. No hay niños y tampoco hay padres que cuiden a los abuelos porque no están cerca. Todo eso hace que los abuelos se encuentren más solos. Hay cosas que la ciencia ha avanzado, pero la soledad de una persona que ya no se cree útil sólo se vence con amor y cercanía personal.

-¿La soledad es un problema grave?

-Es un ‘macroproblema’ que degenera en otras cosas pequeñitas. Con la soledad se quitan las ganas de salir a la calle, de vestirte, de comer bien… Por creer que no puedes proyectarte a los demás, llega un momento en el que te aíslas. Si que es verdad que hay que distinguir entre soledad y silencio. Porque hay un buen silencio y una buena soledad, pero hay que saber vivirla. Puedes ser una persona rica interiormente y espiritualmente y no importarte vivir ese silencio y esa soledad. No pasa nada, los griegos contemplaban el sol diariamente durante horas y nosotros venimos de una cultura helénica. La contemplación era parte de lo que el hombre hacía. Lo que pasa es que hay que prepararse para la vejez.

-¿Están las instituciones preparadas para una pirámide demográfica como la actual?

-El Estado se ocupa de cubrir esas pensiones y dar cobertura a las limitaciones físicas. Es cierto que el Estado tiene una gran carga sobre la tercera edad, pero siendo eso importante, es más importante la actitud emocional de las personas. Hay que darles una calidad de vida donde se eliminen las etiquetas sociales: «Como soy mayor no tengo que escuchar a nadie», «yo ya he trabajado suficiente, ahora que trabajen otros», «yo a mi edad no perdono a nadie», «yo como soy mayor, no cometo errores»… Este tipo de frases hechas muestran una gran carencia emocional porque la mayor estabilidad emocional es la que reconoce sus errores.

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