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Aterrazar

Si en Madrid la señora Carmena ordenó el desmantelamiento de la terraza Ramsés, en Las Palmas de Gran Canaria el señor Doreste no ha querido quedarse a la zaga

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Una de las acepciones que la Real Academia Española de la Lengua otorga a la palabra aterrizar es la de «llegar a», o «tomar tierra». Tal vez, motivados por la iniciativa de la alcaldesa de Madrid, doña Manuela Carmena, y por el teniente de alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, don Javier Doreste, ambos soportes o colaboradores necesarios de las marcas blancas de Podemos en las respectivas capitales, los académicos de la Lengua deberían incluir el término «aterrazar» para referirse al acto de llegar a, o tomar terrazas.

Octubre ha inaugurado su primera semana con una especie de batalla casi orquestada contra las terrazas. A golpe de clausuras y cerrojazos por parte de los representantes municipales de Podemos, como ejemplos de la tolerancia, el diálogo y la capacidad para alcanzar acuerdos de las que llegaron presumiendo, los concejales de ambos municipios capitalinos no han sabido o no han querido dar muestras de buen rollito con empresarios de las «zonas de la casta» y han entrado al asalto en sus negocios.

Si en Madrid la señora Carmena ordenó el desmantelamiento de la simbólica terraza Ramsés poniendo en riesgo el empleo de 143 trabajadores, en Las Palmas de Gran Canaria el señor Doreste no ha querido quedarse a la zaga y el pasado sábado día 3 cerró el centro comercial del muelle deportivo, por lo que, al igual que ocurriera con la actuación de su colega madrileña, lo del podemita laspalmeño ha puesto en jaque más de una centena de puestos de trabajo.

Pero no crean ustedes que esto amedrentó lo más mínimo al concejal canario. Ni mucho menos. Sencillamente despachó el asunto con una de sus espeluznantes intervenciones que más o menos argumentaba diciendo que «no cerrar Sotavento por sus 100 empleos es como no abolir la tortura por mantener el trabajo del torturador» u otra perla como que «hay que evitar que tengamos un Madrid Arena en el Sotavento».

Al margen de semejante logorrea, ustedes juzguen si puede haber existido o no, mala fe por parte de don Javier Doreste. Cronológicamente, este asunto ha tenido la siguiente trayectoria. El centro comercial Sotavento, ubicado en el muelle deportivo, ha venido desarrollando su actividad durante más de diez años con total normalidad, como lugar de ocio y esparcimiento para propios y visitantes, turistas y navegantes de las diferentes regatas deportivas. Fruto de esta actividad tan prolongada, el propio centro comercial encarga a un ingeniero independiente un informe cuya conclusión fue que, a pesar de que «no existe menoscabo grave de la seguridad», propone algunas medidas como la mejora de la señalética y la colocación de candados en las puertas de acceso al centro comercial.

Además de todo ello, en los últimos meses los responsables de la propiedad iniciaron obras de mejora y acondicionamiento de sus instalaciones, y aquí viene lo curioso, con licencia de obra mayor otorgada por el propio Ayuntamiento según Resolución número 19861/2015, con fecha 18 de junio mediante la que se le otorga un plazo de 2 años para su inicio y 4 para su finalización.

Pues aun así, el pasado lunes 21 de septiembre, mediada una denuncia de la Sociedad Zorba´s VIP S.L., competidora de Sotavento en su mismo sector, un técnico municipal se presentó en el centro comercial fuera de horario de apertura al público, mientras el personal de mantenimiento, limpieza y recepción de mercancías desarrollaba sus actividades.

El técnico municipal, atendiendo suponemos a su buen criterio como tal, decidió que ya que estaba allí y aunque tal decisión no estuviera incluida en la denuncia ni en alguna notificación previa, iba también a inspeccionar la terraza en su conjunto. Por muy poco que sepamos de normativa, a ninguno se nos escapa que en casos como este, existe un derecho reconocido a las partes interesadas a estar presentes en las actuaciones inspectoras y a firmar el acta que de tal actuación se levantare.

Como nada de esto ocurrió, el Ayuntamiento fue requerido a tales efectos pero… oh sorpresa, parece ser que el Consistorio se negó a facilitar el acta del informe levantado por el técnico. Finalizada una retrasada reunión (15.30 horas) con el concejal de Urbanismo en la que se le aportó la justificación de que no existía ningún problema de seguridad que justificase el cierre propuesto por el Ayuntamiento, don Javier Doreste prefirió subirse al pódium de su soberbia y erigirse en juez y parte y, amparándose en la infantil excusa de que a esa hora de la tarde ya no había técnicos en las dependencias municipales, sin más, el podemita optó por no considerar la petición pese a los daños y perjuicios que la medida ya está causando y procede a precintar el centro comercial a las 23.30 del sábado día 3 del presente mes de octubre.

¿Y el alcalde, don Augusto Hidalgo?, ¿y el resto de las cabezas del gobierno municipal? Pues sencillamente se han limitado a apoyar lo llevado a cabo por su «compañero». Y es que las coaliciones (canaria o no) cuando son antinatura como es el caso, es lo que tienen… que cada cual va a su bola y encima tienen que dar la apariencia de armonía, convivencia y buena gestión. Como si nosotros fuéramos tontos.

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