Desde mi escaño

¿Democracia socialista? Ja

Ahora todo será apostar por las filas prietas hasta que se celebren los comicios

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FÍJATE tú, que hay democracia interna en el PSOE y nosotros sin saberlo. Resulta que la composición de listas de los socialistas canarios para las elecciones autonómicas y municipales del próximo 24 de mayo casi acaba como el rosario de la aurora. Malos modos, palabras gruesas y altisonantes, amenazas de abandonar las reuniones de los diferentes comités..., y ahora a eso lo llaman democracia y haber sabido ceder. ¡Y un jamón!

La candidata del PSOE a ocupar la Presidencia del Gobierno de Canarias, Patricia Hernández, ha tenido que salir al paso de las disensiones internas que se han generado en las últimas semanas y, pintándolo de color de rosa, ha tenido el soberano papo de decir que lo que ha sucedido se debe única y exclusivamente a que en su partido, a diferencia por ejemplo de lo que puede pasar en el PP, todo se habla, todo se discute, se hacen concesiones y cesiones y que si estas peleas se filtran a los medios de comunicación no implica otra cosa que el alto grado de democracia que existe en la formación del puño y la rosa.

Sin embargo, todos sabemos que en el PSOE canario no se respira, precisamente, un ambiente de libertad democrática. Todo funciona por la regla de la imposición y del que se mueva no sale en la foto. Las purgas en la formación progresista han sido la tónica predominante, y quienes han tenido en su momento la tentación de abrir el pico han sido relegados al ostracismo. Ahí están los Rafa Yanes, Antonio Martinón, José Vicente Bethencourt, Santiago Pérez... Todos aquellos que han puesto en solfa las decisiones de la dirección regional o insular, según el caso, han visto cómo el dedo del secretario general de turno ha caído directamente sobre sus cabezas indicándoles el camino de salida del paraíso socialista.

Patricia Hernández no tiene otra opción que vender una democracia que no es real, que es humo puro y duro. Ahora todo será apostar por las filas prietas hasta que se celebren los comicios, pero después, en cuanto las urnas dicten sentencia y se chalaneen las poltronas fruto de los pactos postelectorales, al final volverán las críticas, las palabras altisonantes y las puñaladas traperas.

La historia del PSOE canario ha sido así en los últimos lustros y no va a cambiar así como así, y mucho menos cuando quien gobierna las riendas del partido es la del botellón y la orgullosa de demostrar su ignorancia desconociendo cuál es el PIB de Canarias. A esta señora (o señorita) se la comerán los lobos que hay en su formación a poco que le vengan mal dadas en los comicios de dentro de un mes y medio. Y si no, al tiempo. ¿Qué se apuestan?

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