El autobús ganará tres millones de usuarios en Alicante si mejora las paradas

El servicio de autobuses urbano e interurbano de Alicante y comarca (TAM) puede aumentar en un 10% el número de usuarios -en torno a tres millones de pasajeros- al año con la mejora en varios aspectos de accesibilidad en las paradas y a bordo, según un informe de la Plataforma Comarcal por la Movilidad Sostenible de l'Alacantí (PCM).

Con este argumento y el ahorro de un millón de euros por kilómetro que se gane en velocidad «comercial» en cada línea de Masatusa y La Alcoyana, los representantes de este grupo ciudadano que aglutina a varias decenas de asociaciones vecinales, sindicatos, ecologistas y otros grupos sociales han presentado una reclamación al Ayuntamiento y una queja al Síndic de Greuges en el que denuncian 65 «deficiencias» detectadas en las paradas del bus.

En concreto, han evaluado una decena en la avenida Óscar Esplá y en la Rambla, las últimas que se han remozado, con errores como incumplir con las alturas en el andén (acera), hacer coincidir paradas normales con finales de línea -lo que hace que un autobús aparque durante cinco minutos al acabar su recorrido y no deje estacionar al de otra línea- dejar postes y farolas en el paso de invidentes o no incluir el sistema Braille.

Las mejoras deben ir encaminadas a suprimir el uso de las rampas de acceso al autobús, al habilitar más carriles-bus y que la grúa retire a los coches que invaden los que ya existen, o reservar espacios para carritos a bordo. Según Llanos Rodríguez, miembro de Alicante Accesible y usuaria del servicio que se mueve en silla de ruedas, el «desnivel» y la incomodidad de las rampas disuade muchos discapacitados como ella, también a personas mayores, a madres que llevan a sus bebés en el cochecito... y hace algunos años ya se hizo una encuesta solo entre los primeros que revelaba ese 9% de potenciales viajeros que buscan otras alternativas.

Además, las rampas obligan a acceder por la puerta de atrás, con lo que al no haber máquina canceladora de billetes, el conductor tiene que perder tiempo en ir a la parte delantera y luego devolver al usuario discapacitado su bono, además de ponerse guantes, colocar esta placa en el lateral del vehículo, retirarla después... y se hace perder tiempo al resto de los usuarios.

«Despilfarro de dinero público»

Vicente Alcaraz, de la PCM, incide también en el «despilfarro de dinero público» porque con esos más de 200.000 euros que se han gastado en renovar con deficiencias esta última decena de paradas se podrían acondicionar adecuadamente muchas otras de la red del TAM. Máxime, cuando hacía menos de cinco años que se habían reparado la última vez.

Además, asegura que esta normativa de funcionamiento está contenida en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) aprobado por el propio Ayuntamiento, por lo que reclaman la participación de la PCM en la recientemente constituida Mesa del Transporte.