Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y Francia, Emmanuel Macron, este viernes durante el desfile militar del Día de la Bastilla en París
Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y Francia, Emmanuel Macron, este viernes durante el desfile militar del Día de la Bastilla en París - AFP
Fiesta Nacional del 14 de julio

Francia rinde homenaje a los ejércitos de Estados Unidos

El pulso entre Macron y el jefe de Estado Mayor por los recortes en Defensa empañan una jornada de exaltación patriótica y de amistad con Trump

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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Culminando el desfile militar del 14 de julio, Fiesta Nacional francesa, Emmanuel Macron y Donald Trump escenificaron este viernes una «relación privilegiada» en la plaza de la Concordia, el lugar donde estuvo instalada la guillotina durante el terror revolucionario (1793), sugiriendo que Francia es el «primer aliado» de EE.UU. Solo la brecha abierta entre el presidente francés y el jefe de Estado Mayor de los ejércitos a cuenta de los recortes presupuestarios ensombrecieron la jornada de exaltación patriótica y fraternidad con los norteamericanos.

Tras el desfile conjunto de 3.720 militares franceses y norteamericanos, con gran despliegue de banderas y estandartes, seguido de las acrobacias de 63 aviones de las fuerzas aéreas francesa y norteamericana, ambos presidentes se pusieron en pie, acompañados de sus esposas, para romper en aplausos y vítores, preludio a un breve discurso presidencial francés.

«Siempre en nuestra historia -afirmó el presidente Macron- hemos encontrado ese amor de la patria que nos ha salvado (...). También hemos encontrado aliados seguros, amigos que acudieron en nuestra ayuda. Estados Unidos es uno de ellos». Trump respondió con encendidos aplausos, agradeciendo el recuerdo y homenaje francés a los 126.000 soldados norteamericanos muertos y 234.000 heridos durante la Primera Guerra Mundial.

François Mitterrand invitó en 1989 a George Bush padre al desfile del 14 de julio para celebrar la solidaridad francoestadounidense durante la primera guerra del Golfo. Pero en aquella ocasión, su evidente complicidad fue menos palmaria que la nueva amistad personal entre Trump y Macron, que ambos han deseado subrayar ante el resto de aliados trasatlánticos.

«Yo ejerzo el mando supremo de los ejércitos. Y no admito reservas ni resistencias»
Emmanuel Macron

El presidente norteamericano ha encontrado en su homólogo galo una «complicidad» aparente que no halló antes en la canciller alemana, Angela Merkel, ni en la primera ministra británica, Theresa May. Trump tiene un «aliado fuerte» en Macron, que aspira a instalarse en la escena internacional.

Pero, en medio de este ambiente amistoso con el amigo americano, los recortes presupuestarios sembraron la discordia entre Macron y el jefe de Estado Mayor de los ejércitos franceses. En vísperas del 14 de julio, el general Pierre de Villiers publicó en «Le Figaro» un artículo en el que mostraba su preocupación por los recortes anunciados de unos 850 millones de euros, en unos presupuestos de 35.000 millones para la defensa nacional.

Macron reaccionó a la «advertencia» con un enérgico: «Yo ejerzo el mando supremo de los ejércitos. Y no admito reservas ni resistencias». En un gesto de buena voluntad, el presidente renovó su confianza «por un año» a su jefe de Estado Mayor, sin «apagar» el fuego de las tensiones a flor de piel en un terreno capital.

Este tijeretazo en Defensa «solo» es una parte visible de un «iceberg» mucho más peligroso: el Gobierno francés ha anunciado una primera ola de recortes en el gasto público que ascenderá a 11.000 millones para intentar cumplir los compromisos del Pacto Fiscal de la zona euro.

Conocedor emérito de los problemas presupuestarios y las ambiciones militares francesas en la escena internacional, el general De Villiers decidió «utilizar» la simbólica fecha del 14 de julio para poner el dedo en la llaga: el Gobierno anuncia recortes en el gasto militar cuando han crecido los compromisos internacionales.

A contracorriente de los compromisos

Se trata de un ajuste «a contracorriente» de los compromisos de Macron con la OTAN y Trump, elevar hasta el 2% del PIB el gasto militar francés, que lleva años sufriendo una erosión creciente. En la última cumbre de la OTAN, el presidente estadounidense insistió en que los aliados europeos «pagan poco por su propia seguridad». Altisonante, Macron se comprometió entonces a incrementar su parte.

Los militares hostiles a los recortes han encontrado aliados sólidos en la sociedad civil. El influyente historiador Nicolas Baverez afirma en un análisis muy severo publicado en el Instituto Montaigne, un «think tank» liberal: «Francia debe ser coherente con las misiones y medios de su defensa. Esos esfuerzos serán destruidos si se confirman los recortes y la congelación de los créditos para la defensa».

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