Una torera, un justiciero, un millonario, un matemático y un antiterrorista con Macron

Emmanuel Macron, nuevo presidente de Francia desde el pasado domingo, ya ha presentado los 428 nombres con los que concurrirá a las legislativas de junio. De entre los elegidos, es absoluta la paridad de género, habiendo 214 hombres y 214 mujeres. Además, de entre los seleccionados, hasta el 52% no ha tenido nunca ningún cargo político.

Marie Sara, nombre artístico de Marie Boursiller (52 años), fue una rejoneadora famosa, tomó su alternativa taurina en Madrid (1994), se casó en primeras nupcias con un tenista famoso (Henri Leconte), estuvo asociada con otro torero francés (Simon Casas) en muchos negocios taurinos, y… espera ser elegida diputada en las elecciones legislativas del mes de junio que viene, en las listas de En Marcha, en partido de Emmanuel Macron.

Puede ser la primera ex rejoneadora diputada en la historia política de Francia.

Jean-Michel Fauvergue ganó una cierta celebridad como gran patrón del RAID (Recherche, assistance, intervention, dissuasion), la unidad de elite de la lucha antiterrorista, al frente de importantes operaciones durante la última década. Será un candidato conocido, popular y previsiblemente «triunfante».

Cédric Villani es un matemático célebre (Medalla Fields en 2010), nacido en el seno de una familia de universitarios y artistas. Con mucho sentido del humor, se mueve con mucha sabiduría pedagógica en los estudios de radio y tv. Aportará a Macron una personalidad popular muy alejada de la política tradicional.

Eric Halphen tiene bien ganada fama de juez «justiciero». Su caso más célebre fue el de los empleos ficticios en la alcaldía de París, de los que se beneficiaron poco menos de un centenar de amigos políticos de Jacques Chirac, antiguo alcalde, antes de ser presidente. Dará la nota «moralizante» de la campaña.

Bruno Bonnell es un empresario popular y millonario, creador de variasempresas siempre relacionadas con las nuevas tecnologías (de los robots a los juegos vídeo). Aportará el “aura” del hombre que se ha hecho a sí mismo, respondiendo a la lógica liberal del «¡Enriqueceos!».