La protestas antivacunas de Canadá cortan un tercer paso fronterizo y agravan su impacto económico

El bloqueo iniciado por camioneros y secundadas por activistas en contra de esos mandatos afectan de forma esencial a Ottawa y a varios puntos clave de conexión terrestre con EE.UU.

Los manifestantes canadienses continúan la manifestación en curso en Ottawa, la capital del país, por el manejo gubernamental de las medidas de Covid AFP

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Las protestas en Canadá contra la obligatoriedad de la vacuna para algunos sectores de la población -como los transportistas que viajan desde el extranjero- aumentan en intensidad con el paso de los días. Y, con ello, su impacto económico en un país que, como el resto de la economía global, sufre problemas en la cadena de suministro.

Las protestas -iniciadas por camioneros y secundadas por activistas de extrema derecha, libertarios y personas en contra de esos mandatos de vacunación- afectan de forma esencial a la capital del país, Ottawa , y a varios puntos clave de conexión terrestre con el vecino del sur, EE.UU.

La principal ruta comercial entre ambos países -el puente Ambassador, que une a la ciudad estadounidense de Detroit y a la canadiense de Windsor-, seguía este jueves en su mayor parte cerrada por el embotellamiento con camiones y vehículos provocado por los manifestantes. Además del Ambassador, también sufría cortes el paso fronterizo de Coutts (entre Montana y Alberta) y el de Emerson (entre Dakota del Norte y Manitoba). Otras protestas provocaron cortes de tráfico en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Ottawa.

Por el puente Ambassador pasan cada día suministros y bienes por valor de 300 millones de dólares , y su corte está provocando problemas de producción en ambos lados de la frontera. Un ejemplo claro es la industria automovilística, con mucha presencia en la región a ambos lados de la frontera, y que depende del acceso diario a piezas para la producción. General Motors anunció que ha tenido que cerrar varios turnos esta semana en su planta de Lansing (Michigan) por el impacto de la falta de suministros y Toyota aseguró que sus tres plantas canadiense dejarán de producir en lo que resta de semana.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau , exigió ayer que los cortes «deben parar» y apeló a su grave impacto económico y en puestos de trabajo. El principal problema para las autoridades es que no saben cómo disolver unas protestas furibundas, que se extienden por otras partes del país, sin provocar un estallido violento.

«Arrestos sin orden judicial»

Hasta este jueves se habían producido 23 arrestos y 80 investigaciones criminales por la ocupación del centro de Ottawa con cerca de 400 camiones y vehículos. La policía de la capital canadiense, que ya ha reconocido que no tiene capacidad por sí sola para emprender un desalojo de los protestantes, ha advertido que empezará a realizar «arrestos sin orden judicial».

Está por ver qué reacción de los protestantes puede tener la ejecución de arrestos masivos. Los manifestantes aseguran que luchan por su «libertad» y no se descarta que opongan resistencia a cualquier intento de forzar su marcha. Una complicación añadida es que se calcula que el 25% de las personas que integran la ocupación son menores de edad.

Las autoridades han tratado de disuadir a los manifestantes con multas y con endurecimiento de medidas contra quienes hacen fuego para calentarse o tocan las bocinas de los camiones como protesta. El ministro de Transportes canadiense, Omar Alghabra, ha sugerido que se les amenace con quitarles la licencia de transporte.

En el otro punto caliente de las protestas, el puente Ambassador, el alcalde de Windsor, Drew Dilkens, reconoció que un intento de sacara a los protestantes que bloquean el paso fronterizo podría provocar episodios de violencia y de momento opta por una «desescalada» de la situación por otros medios.

Los disturbios y el impacto económico que está provocando el corte de pasos fronterizos han provocado un cambio de opinión también en políticos que apoyaban las protestas. Es el caso de Candice Bergen, líder del partido conservador, que se opone a los mandatos de vacunación y que había mostrado simpatía hacia los manifestantes. «Ha llegado el momento de que quitéis las barricadas y paréis las acciones disruptivas. La economía que queréis que vuelva a funcionar se está resistiendo», dijo este jueves desde el parlamento canadiense.

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