El primer ministro turco Davutoglu
El primer ministro turco Davutoglu - REUTERS

La UE pedirá hoy a Turquía que contenga la llegada de más refugiados a Grecia

Ankara ha aceptado la repatriación de los emigrantes que no pueden acceder al estatus de refugiado político

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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El primer ministro turco Ahmet Davutoglu participará hoy en Bruselas en una cumbre europea. No será como miembro de pleno derecho, como tal vez habría preferido, pero lo hará sabiendo que esta vez es la UE la que depende de Turquía para intentar resolver la peor crisis política y humanitaria a la que se ha enfrentado. Para intentar preparar el acuerdo y evitar más tensiones de última hora, la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro holandés Mark Rutte, que ejerce la presidencia rotativa y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltemberg, se reunieron ayer domingo con Davutoglu, significativamente en la sede de la embajada turca ante la UE.

La cumbre tendrá lugar en un formato breve, será un almuerzo en la sede del Consejo Europeo con Davutoglu y después los 28 prolongarán la reunión para seguir con el debate sobre la «necesidad de construir un consenso europeo en materia de inmigración» según la nota oficial.

Esta cumbre con Turquía sustituye a la que ya se había previsto el pasado 19 de febrero y que fue suspendida porque el primer ministro turco se quedó en Ankara para hacerse cargo de la situación creada por un grave atentado terrorista.

La reunión previa de ayer domingo estuvo precedida por el anuncio hecho por la OTAN y por la Comisión Europea sobre el acuerdo operativo entre el comando naval de la Alianza y la agencia europea de fronteras Frontex, que permitirá a los buques aliados participar en las labores de patrulla en el Egeo. El acuerdo permitirá ahora que la OTAN sea operativa tanto en aguas griegas como turcas, algo muy delicado teniendo en cuenta las históricas susceptibilidades entre los dos países. Los buques aliados podrán compartir la información en tiempo real con Frontex esencialmente en labores de lucha contra los traficantes de personas y devolverán a Turquía a los refugiados que rescaten en sus aguas territoriales.

Pero el acuerdo de la UE con la OTAN -un binomio que no siempre ha sido fácil precisamente a causa de Turquía- no es lo que puede aplacar las profundas divergencias en el seno de la UE. Lo que los europeos quieren de Turquía es que haga lo posible para contener la llegada de más refugiados a territorio griego. De momento Ankara ha aceptado hacerse cargo de los inmigrantes no sirios que le sean devueltos porque no tienen papeles, lo que ha sido recibido como un buen síntoma. Pero la cuestión esencial sigue siendo un flujo masivo que supone que de aquí a fin de mes pueden llegar otros 100.000 demandantes de asilo a Grecia y que no podrán pasar al resto del territorio europeo porque países como Macedonia han cerrado sus fronteras.

La Turquía de la que depende ahora la UE no es tampoco aquel país prometedor de los primeros años de gobierno del islamista Tayip Erdogan (ahora presidente de la República) sino que atraviesa a su vez un periodo de turbulencias, en parte atribuibles a la proximidad de la guerra civil turca y otras a la política del actual presidente de la República y anterior primer ministro, el islamista Tayip Erdogán.

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