Un soldado de la OTAN en guardia tras un ataque suicida en Kabul, el pasado octubre
Un soldado de la OTAN en guardia tras un ataque suicida en Kabul, el pasado octubre - AFP

La OTAN apoya a Turquía pero evita mostrarse hostil con Rusia

La cumbre de Bruselas prolonga un año más la presencia militar de la Alianza en Afganistán

Corresponsal en Bruselas Actualizado: Guardar
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Los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza Atlántica se reunieron este martes en la sede de la organización en Bruselas por primera vez desde el ataque terrorista en París, sin que este asunto fuese abordado más que indirectamente. La principal decisión ha sido prolongar la actual misión de apoyo al ejército afgano —alrededor de 12.000 militares—, al menos hasta finales del año 2016. En la reunión, que se prolongará hasta este miércoles a mediodía, se habló de Turquía y del incidente con la aviación rusa, pero Francia ha preferido un perfil bajo en esta organización militar, después de haber pedido que se aplique la cláusula de solidaridad europea en la Unión Europea. De hecho, ni siquiera asistía el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, oficialmente debido a que está presidiendo la cumbre sobre el cambio climático que se celebra en París estos días.

En medios diplomáticos se ha interpretado esta decisión francesa de no involucrar a la OTAN en la respuesta a los atentados yihadistas de París dentro de la operación que lleva a cabo el presidente francés, François Hollande, para establecer una vasta coalición contra el autodenominado Estado Islámico,que debe incluir necesariamente a Moscú.

Stoltenberg dijo que es preciso evitar que Afganistán vuelva a ser «un paraíso de los terroristas»

En estos momentos, las relaciones entre la OTAN y Rusia son tan malas que invocar la solidaridad de la OTAN, como hizo Estados Unidos después del 11-S, sería seguramente algo que complicaría mucho más las cosas. Sin embargo, que en tales circunstancias resulte mejor no apelar a la principal alianza militar de Occidente, es un contrasentido difícil de explicar.

Al menos, en el caso de Afganistán no hubo ninguna discusión para aprobar que se prolongue la misión militar que debería haberse terminado este fin de año, para garantizar que, como dijo el secretario general de la Organización, Jens Stoltenberg, aquel país «no se convierte otra vez en un paraíso de los terroristas». La misión «Resolute Support» no tiene mandato para participar en los combates, sino solamente para asistir, entrenar y asesorar a las instituciones afganas con más de 13.000 soldados de 42 países, aunque la mayoría norteamericanos.

En la próxima cumbre de la organización, prevista para el verano que viene en Varsovia, se ha dejado la decisión de prolongar hasta 2020 la financiación de las fuerzas armadas afganas, lo que según Stoltenberg «es algo que va en nuestro propio beneficio». Las autoridades afganas se han comprometido, al menos teóricamente, a mejorar en asuntos esenciales y la OTAN apoya los intentos de las autoridades afganas para llegar a un acuerdo con los talibanes para compartir el poder en aras de la estabilidad.

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