El presidente de la Federación de Industria de Alemania, Ulrich Grillo, y la canciller Angela Merkel, ayer en Berlín
El presidente de la Federación de Industria de Alemania, Ulrich Grillo, y la canciller Angela Merkel, ayer en Berlín - REUTERS

Merkel prevé conflictos militares en los Balcanes si cierra la frontera con Austria

La canciller alemana recorda que su política está respaldada y obligada por la Constitución, cuyo artículo 1 declara inviolable la dignidad humana.

Corresponsal en Berlín Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Apenas se encuentra con Merkel con militantes de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), ya pertenezcan éstos a las juventudes del partido, a formaciones regionales o a las administraciones de los Bundesländer, es apremiada la canciller alemana a cerrar cuanto antes las fronteras de Alemania para frenar el flujo de refugiados. Hasta ahora, Merkel respondía siempre con la Constitución en la mano, recordando que garantiza el derecho de asilo, y subrayando que lo único que se puede y se debe hacer es repartirlos en los países europeos, acelerar las repatriaciones en casos de asilo no concedido y luchar contra el flujo en los países de origen. Achoche, sin embargo, dio un paso más en sus explicaciones y agitó el fantasma de las guerras en los Balcanes para justificar su política de fronteras.

Durante un acto de la CDU en Darmstadt, Merkel reconoció que no es aconsejable cerrar la frontera alemana con Austria porque esto llevaría a una concatenación de cierres fronterizos a lo largo de la ruta de los Balcanes. «Porque no quiero que allí se impongan de nuevo los conflictos militares», fueron sus palabras según militantes presentes en la reunión. Ante las numerosas crítica expresadas a sus decisiones, la canciller alemana invitó a los 1.800 asistentes al encuentro que calculasen los siguientes movimientos de la partida si Alemania bloquease por completo la entrada de refugiados en su territorio y recordó que su política está respaldada y obligada por la Constitución, cuyo artículo 1 declara inviolable la dignidad humana. «Eso no es válido solamente para los alemanes o para los europeos sino para todos los seres humanos en nuestro territorio», insistió. Merkel reconoció las enormes dificultades y retos que el asunto plantea a la sociedad alemana y aconsejó «respirar profundo e ir paso a paso».

Cambiar el sistema europeo de asilo

Para Merkel, por lo demás, no cabe duda de la necesidad de cambiar el sistema europeo de asilo. «Durante mucho tiempo en Alemania nosotros vivimos bien con el sistema de Dublín. Los refugiados eran el problema de los otros pero eso ya no es así. Tampoco se puede esperar que Italia y Grecia asuman todo el peso del problema, por eso tenemos que hacer en todo caso cambios al sistema», dijo «podemos superar el reto que representan los refugiados, estoy convencida de ello porque siempre hemos superado los grandes retos, pero tenemos que tomar las medidas correctas y guiarnos por nuestros valores».

De puertas afuera de la CDU, tanto desde la Cancillería como desde diferentes instancias cristianodemócratas, se reitera el argumento de los beneficios económicos que a medio y largo plazo supondrá para Alemania la acogida de los refugiados. Hoy mismo, el presidente del Instituto de Estudios Económicos de Berlín (DIW), Marcel Fratzscher, ha declarado que «según nuestros cálculos, después de cinco o siete años, un refugiado empieza a producir más que lo que le cuesta al Estado». «Se pierde de vista que los refugiados tendrán ingresos y harán crecer las ganancias y la productividad de las empresas», ha defendido, «y eso es algo que también favorecerá a los trabajadores alemanes». Pero buena parte de la población alemana no acepta este argumento y considera que es fruto de la propaganda oficial. El máximo exponente de ese escepticismo es el movimiento Pegida, cuyo líder. Lutz Bachmann, comparó anoche en la manifestación de Dresde al ministro alemán de Justicia Haiko Maas, con Joseph Goebbels.

Ver los comentarios