La policía antidisturbios de Indonesia utilizó cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar una protesta a la que acudieron decenas de miles de estudiantes de todo el país. Los disturbios comenzaron cuando la policía procedía a disolver la manifestación y los asistentes comenzaron a lanzar objetos contra los agentes. Fue entonces cuando iniciaron los disparos contra los manifestantes. Los concentrados protestaban por la introducción de un nuevo código penal y la revisión de las leyes sobre corrupción en el país, entre otros motivos.
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