Hallan en un camión de mercancías a 43 inmigrantes a punto de asfixiarse en Austria

En sus primeras declaraciones a la policía austriaca declararon que habían emprendido ese viaje desde Rumanía, pero que proceden de Turquía, Siria e Irak y que habían pagado 8.000 euros por el viaje

Foto de archivo de un atasco de camiones entre la frontera de Alemania y Polonia AFP

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El camión se vio obligado a detenerse apenas después de haber cruzado la frontera austriaca con Hungría , a unos 30 kilómetros del paso fronterizo. Los 43 inmigrantes ilegales que viajaban ayer en el contenedor frigorífico se estaban asfixiando y llevaban varios kilómetros gritando y golpeando las pareces del contenedor, de manera que el conductor se apiadó de ellos, detuvo el vehículo y abrió las puertas. Los austriacos que circulaban por la autopista no tardaron en llamar a la policía ante tan impactante escena. Se trataba de hombre, mujeres y también niños que salieron en tromba del remolque y se tumbaron sobre el asfalto, recuperando la respiración y sin pudor alguno . «Estaban acalorados, se les veía agobiados. Alzaban los brazos y se estiraban», ha descrito una testigo a la radio local, «yo me quedé paralizada, me recordó a todas aquellas personas que murieron en un camión parecido a ese y creo que ha sido un verdadero milagro que en esta ocasión sobrevivan».

El peligro de asfixia era un hecho. Varios de ellos estaban ya inconscientes en el momento de abrirse las puertas y hubieron de ser reanimados por los servicios de urgencia que llegaron en menos de quince minutos. En sus primeras declaraciones a la policía austriaca declararon que habían emprendido ese viaje desde Rumanía, pero que proceden de Turquía, Siria e Irak . Cinco viajeros habían abandonado el camión en una parada anterior y parece que alguno más huyó cuando se abrieron las puertas del compartimento de cargo y antes de que llegasen los primeros auxilios y el helicóptero de la policía, mientras que 38 han sido detenidos en Austria y la policía está todavía valorando que hacer con los seis niños que viajaban en el remolque. Cuatro de los pasajeros siguen a esta hora hospitalizados.

El conductor, también detenido, es un ciudadano turco de 51 años que había recogido a su lamentable pasaje en una casa en ruinas en Rumanía para trasladarlos de incógnito hasta Austria. Cada uno de ellos había pagado un precio de 8.000 euros por el criminal viaje . El dinero se paga antes de entrar en territorio Schengen, en la frontera entre Rumanía y Hungría, y las mafias proporcionan refugio a los pasajeros en Rumanía mientras esperan a que se complete el pasaje de uno de los transportes, un servicio que no está incluido en el precio.

«Las mafias no descansan»

«Todos recordamos a aquellos 71 refugiados que fueron encontrados muertos en un camión frigorífico sellado herméticamente en agosto de 2015», recuerda el jefe de la Oficina de Investigación Criminal de Baja Austria, Omar Haijawi-Pirchner, «pero cada hallazgo de este tipo sigue siendo espeluznante, por las condiciones en las que están siendo transportadas estas personas y por la cantidad de ellas que las mafias captan para otros de sus negocios». El año pasado, la justicia de Hungría dictó sentencias de 25 años de prisión contra cuatro jefes de la red de traficantes de personas que lleva a cabo estos transportes y a los que se consideró responsables de la muerte de las 71 personas asfixiadas, pero nada hace suponer que su actividad ha disminuido desde entonces. «Al contrario, actualmente hay un aumento del número de personas que son pasadas ilegalmente», calcula Haijawi-Pirchner.

Incluso durante los peores meses de la crisis del coronavirus, hay indicios de que siguieron pasando camiones camuflados entre los transportes de productos de primera necesidad que seguían circulando. Prueba de ello es que siguieron registrándose peticiones de asilo. «Las mafias no descansan, las dificultades sirven para elevar los precios y reducir el número de transportes, pero en cuanto caen los jefes, otros se hacen con el mando y siguen con el negocio». Según la sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, «durante los meses del verano europeo aumentaron los intentos de los migrantes y los solicitantes de asilo de cruzar el Mediterráneo, lo que causó la pérdida de muchas vidas inocentes». El mismo desarrollo se observa en las rutas para llegar a Europa central y septentrional a través de los Balcanes.

Acnur, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha expresado su preocupación por la entrada en vigor de la Ley LVIII húngara sobre Reglas de Transición y Preparación Epidemiológica relacionada con el Cese del Estado de Peligro en respuesta a la situación por el Covid-19, que socava aún más el acceso efectivo al territorio y el asilo para quienes huyen de las guerras y la persecución, que ya se habían visto seriamente limitadas antes. Según la nueva legislación, las personas que lleguen a la frontera de Hungría con el deseo de solicitar asilo serán rechazadas y se les ordenará declarar tal intención en una embajada húngara designada. Esto expone a los solicitantes de asilo al riesgo de devolución que equivaldría a una violación de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y otros instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos de los que Hungría es un Estado Parte. La consecuencia es la subida de los precios de los viajes ilegales que comienzan en Rumanía y que garantizan a los inmigrantes que no habrá paradas en territorio húngaro, lo que a su vez eleva el peligro de asfixia cuando los pasajeros se ocultan en compartimentos sellados.

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