El SPD exige a Merkel apoyar a Macron en Europa

El partido socialista es mucho más abierto que el resto de los partidos a todo lo que tenga que ver con transferencias o mutualización de la deuda

Imagen de archivo de Martin Schulz y Angela Merkel AFP

Rosalía Sánchez

Muy cara quiere cobrar a Merkel el Partido Socialdemócrata alemán la bajada de pantalones de su presidente, Martin Schulz. Después de haber insistido hasta la saciedad en que no estaba a disposición para negociar con la canciller alemana un acuerdo de gobierno, esta semana ha debido desdecirse y semejante servicio ha de ser pagado en concesiones, entre la que destacan varios pasos de integración europea que los conservadores alemanes no habrían estado dispuestos a dar por sí solos.

« Los socialdemócratas creemos que Europa es un proyecto maravilloso y que Alemania ha de respaldar las propuestas de renovación de Macron», recordaba ayer el todavía ministro de Justicia socialdemócrata Haiko Maas, en relación a las exigencias que planteará su partido a Merkel apenas se sienten a conversar, «estamos a favor de fortalecer la inversión en Europa y, ya que tenemos una moneda común, también deberíamos tener un presupuesto común».

El SPD es mucho más abierto que el resto de los partidos a todo lo que tenga que ver con transferencias o mutualización de la deuda y entrará sin duda en colisión con la CSU bávara en este apartado , al igual que sucederá con el precio que el SPD ponga en materia fiscal y financiera, puesto que en la Casa Willy Brandt están pensando en una reforma de la fiscalidad familiar que equipare a otro tipo de parejas, así como en legalidad más estricta en equiparación salarial entre hombres y mujeres.

Si el SPD evita a Merkel el bochorno de tener que repetir las elecciones, será a condición de que cumpla con un catálogo de políticas socialdemócratas que los expertos en cada área van elaborando con el paso de las horas y de cara a la primera reunión de tanteo que el jueves mantendrán Merkel y Schulz, ambos bajo la atenta mirada del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier. Sobre pensiones, los socialdemócratas quieren garantizar un 48% del salario medio sin que la tasa de contribución se eleve por encima del 22%. El aumento de la edad de jubilación, exigirán, seguirá siendo un tabú y se dejarán morir los proyectos para financiación privada de las pensiones, el denominado «seguro ciudadano». Si no están de acuerdo en esto nos podemos ahorrar las conversaciones y que convoquen elecciones, dijo ayer, desafiante, el presidente del grupo parlamentario de Renania-Palatinado, Alexander Schweitzer. La secretaria de Estado de Familia, Elke Ferner, exigió por su parte que el derecho de reagrupación familiar de los refugiados con estatuto de asilo sea restablecido según el calendario previsto.

Merkel, que ayer aprovechó un congreso regional de su partido en el estado federado de Mecklemburgo-Antepomerania para descartar públicamente la convocatoria de nuevas elecciones, puso también sobre el tapete algunas de las condiciones que por su parte establecerá para emprender las negociaciones de la siguiente «Groko», como en Berlín se conoce popularmente a la gran coalición. La canciller quiere unos presupuestos nacionales sin nuevo endeudamiento, elevar el Kindergeld, que el el subsidio de unos 150 euros mensuales que reciben todos los niños en Alemania, así como una reforma para la eliminación progresiva del «Soli», el impuesto de solidaridad que los alemanes pagan desde la reunificación para trasvasar recursos a los Länder orientales. «Claro que no sé cómo va evolucionar la cuestión en los próximos días», reconoció ante los suyos, añadiendo que «sería deseable que se pudiese llegar muy rápido a un gobierno».

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