Kim Jong-un se reunirá con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, el 27 de abril

Gracias al deshielo entre las dos Coreas, será el tercer encuentro de dirigentes de ambos países tras los celebrados en 2000 y 2007

El ministro de Unificación de Corea del Sur, Cho Myoung-gyon EFE
Pablo M. Díez

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Ya hay fecha para la esperada cumbre entre el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente del Sur, Moon Jae-in. Será el 27 de abril , tal y como han fijado este jueves las delegaciones de ambos países encargadas de preparar el encuentro, según informa la agencia de noticias Yonhap.

Al igual que dichas delegaciones, Kim y Moon se reunirán en el puesto fronterizo de Panmunjom , justo en el Paralelo 38 que divide al Norte comunista y al Sur capitalista desde la Guerra de Corea (1950-53). Después de varios años de tensión constante por los ensayos nucleares y de misiles del régimen estalinista de Pyongyang, los dos países viven un sorprendente y rapidísimo deshielo gracias a los Juegos Olímpicos de Invierno, celebrados por el Sur en febrero con la asistencia de deportistas y altos cargos del Norte, entre ellos la propia hermana de Kim Jong-un.

Tras las cumbres intercoreanas de 2000 y 2007 , será el tercer encuentro entre los dirigentes del Norte y el Sur. En las dos ocasiones anteriores, el padre del actual dictador, el «Querido Líder» Kim Jong-il, recibió en Pyongyang a los entonces presidentes surcoreanos, Kim Dae-jung y Roh Moo-hyun, respectivamente. Esta vez, Kim Jong-un tendrá que desplazarse hasta el Paralelo 38 para reunirse con el presidente Moon en la conocida como Casa de la Paz, un edificio ubicado en el lado sur de la cerrada frontera de Panmunjom. En dicha cumbre, que será histórica, ambos tratarán de mejorar las relaciones entre sus dos países para rebajar la tensión que provocan las aspiraciones nucleares de Corea del Norte. Desde 2006, el régimen estalinista de Pyongyang ha llevado a cabo seis pruebas atómicas y el año pasado disparó tres misiles intercontinentales que, en teoría, podrían golpear suelo estadounidense, su archirrival histórico.

Con su programa nuclear y de misiles, Kim Jong-un sigue la «diplomacia atómica» que le enseñara su padre para disuadir a la Casa Blanca de un cambio de régimen . Blindado con su arsenal atómico, el joven dictador vuelve a la mesa de negociaciones con una ofensiva diplomática sin igual. Su objetivo: legitimar a Corea del Norte ante la comunidad internacional y permitir la supervivencia de su anacrónico y hermético régimen, acusado de la más brutal represión.

Como primer paso de esta distensión, Kim Jong-un acaba de protagonizar una visita sorpresa a Pekín para reunirse con el presidente chino , Xi Jinping. Viajando en un tren blindado por motivos de seguridad, el caudillo norcoreano ha escenificado su alianza histórica con el régimen comunista chino. Aunque la amistad entre ambos países vecinos se remonta a la ayuda que Mao prestó al abuelo de Kim Jong-un en la guerra de hace seis décadas contra Estados Unidos, en los últimos tiempos se ha visto muy deteriorada por las provocaciones constantes de Pyongyang. Recibido con los más altos honores por Xi Jinping, Kim Jong-un ha vuelto a manifestar su compromiso con la desnuclearización de la Península Coreana si Washington y Seúl llevan a cabo «medidas progresivas y sincronizadas» que no detalló. Además, le expresó a Xi Jinping su deseo de encontrarse con el presidente Trump en mayo , tal y como ambos han acordado en una insólita vuelta de tuerca que ha asombrado a todos los analistas y expertos.

«En los últimos 80 días, ha habido muchos acontecimientos drásticos que no se han visto antes», se congratuló el jefe de la delegación norcoreana, Ri Son-gwon, al inicio de su reunión con los representantes de Seúl, informa Yonhap. Encabezados por el ministro surcoreano para la Unificación, Cho Myoung-gyon, el propósito de Seúl es discutir la desnuclearización del régimen de Pyongyang para acabar así con el último foco de tensión de la Guerra Fría . Pero, amparándose en acuerdos anteriores que finalmente se quedaron en nada, muchos expertos creen que Kim Jong-un solo persigue ganar tiempo y aliviar las sanciones internacionales contra su programa nuclear, que ya están asfixiando la precaria economía de Corea del Norte.

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