Merkel se despidió de Hollande en la Cancillería de Berlín
Merkel se despidió de Hollande en la Cancillería de Berlín - AFP

Bruselas espera que Macron se ajuste a la ortodoxia

Merkel confía también en una fuerte cooperación con el presidente electo

Corresponsal en Bruselas Actualizado: Guardar
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Hace tiempo que en Bruselas no se vivía una situación tan eufórica después de una elección nacional. Todo el mundo sabe en la capital comunitaria que un Brexit a la francesa, un «Frexit» habría sido una estocada mortal para el proyecto comunitario. No solo porque se trata de un país fundador y políticamente esencial para la Unión, sino incluso porque geográficamente es el centro vital. Sin Francia en el espacio Schengen, la península Ibérica se quedaría aislada del resto de Europa y Alemania habría perdido a su principal socio. Después de la decisión de los británicos de abandonar la UE, la victoria de Marine Le Pen habría sido sencillamente catastrófica. En Bruselas le esperan, sin embargo, varios dossiers abiertos.

El eje franco-alemán

Lo primero que Macron deberá hacer es empezar a tejer lazos con la canciller alemana Angela Merkel.

Las relaciones entre Francia y Alemania son esenciales para el funcionamiento de la Unión en todos los sentidos y sería un mal síntoma que repitiese el error de su predecesor. François Hollande, que empezó su quinquenio enfrentándose con Merkel a causa de la política de austeridad tras lo que ambos países pasaron más de un año con un grado de cooperación menos que tibio. En el último consejo, la semana pasada, Hollande se lamentó de ese error que atribuyó a que «no nos conocíamos». El nuevo presidente ha puesto a Merkel en la lista de las primeras personas con las que ha hablado por teléfono. La canciller ya ha adelantado que, como la Comisión Europea, intentará mantener a Macron en la línea de la ortodoxia, el equilibrio presupuestario y la estabilidad. La canciller alemana tiene elecciones en septiembre, pero todo indica que volverá a ganarlas.

Pacto de estabilidad

La Comisión mantiene a Francia en la lista de los países señalados por exceso de déficit y de deuda. Y ahí no está dispuesta a perdonar. Aunque Hollande ha logrado dejar los presupuestos alineados con los requisitos impuestos por el ejecutivo comunitario, no es de esperar que Macron discuta el principio de gastar solo lo que el Estado puede ingresar. En todo caso, no es de esperar que se produzcan conflictos con el comisario de Economía, Pierre Moscovici, que es alguien con quien coincidió en el Gobierno francés. Moscovici no ha ocultado su alegría por la elección de Macron. «Una bonita victoria para los valores republicanos y una señal de esperanza para Europa», afirmó el comisario en las redes sociales. La voluntad reformadora anunciada por Macron es más que bienvenida por la Comisión.

Brexit

No es casualidad que el negociador europeo para el Brexit sea un exministro y excomisario francés. Michel Barnier sabe perfectamente cuáles son las repercusiones para Francia de la salida de los británicos de la Unión. La cooperación militar bilateral es un asunto de extraordinaria importancia para París, y Macron deberá lidiar con ello en un campo como el de la defensa, que es esencial para Francia. Y, naturalmente, está la batalla por atraer al mercado financiero que saldrá de Londres debido a las repercusiones legales del Brexit. Francia opta a ser la sede de la EBA, la autoridad bancaria europea, que se encuentra en Londres pero que muy bien podría ser trasladada a París o a Francfort.

Terrorismo

El primer ministro belga, Charles Michel, se lo mencionó en la primera carta de felicitación: Francia y Bélgica han sido objetivo de los terroristas yihadistas y los autores de los ataques en ambos países han estado preparándolos a uno y otro lado de la frontera, aprovechándose de la permeabilidad y las similitudes de las dos sociedades. Desde la UE puede esperar la máxima cooperación.

Definirse políticamente

Macron no se había presentado antes a ninguna elección ni tiene todavía un partido político que le respalde. Desde Bruselas, los dirigentes liberales esperan con ansiedad el momento en que el nuevo presidente se defina como tal, lo que les daría un impulso inédito. No tanto por los eurodiputados que tiene Francia en este grupo, ni por los que pueda tener en las elecciones legislativas, sino por la relevancia política que supondría para la familia liberal.

Rusia y Estados Unidos

A fin de mes Macron participará ya en su primera gran cita internacional, la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de la OTAN en Bruselas. Será la oportunidad de conocer a Donald Trump que hará también su primer desplazamiento a Europa. En cuanto a Vladímir Putin, el presidente ruso le ha enviado por fin un telegrama de felicitación en el que le anima a resolver los «malentendidos» de una relación que ha estado en entredicho has ta la víspera de su elección.

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