Atentado en NizaEl asesino de Niza pasó de delincuente común a terrorista en cuestión de días

Lahouaiej era un maleante con graves problemas mentales, pero solo enlas últimas fechas se juntó con otras personas vinculadas al yihadismo

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Francia ha entrado en una espiral infernal. La matanza de Niza ha dejado al descubierto unas ramificaciones sociales, urbanos y criminales que son un pudridero del que pueden temerse nuevos atentados, con la franquicia yihadista de Daesh y/o Al Qaida. El «modus operandi» y la personalidad del asesino de Niza son percibidos por todos los analistas, oficiales e independientes, como un salto cualitativo inquietante de la amenaza terrorista.

El «modus operandi es el aconsejado por Daesh a través de todas sus plataformas informativas, que es muy fácil poder consultar y propagar a través de internet: utilizar coches bomba o coches suicidas para lanzarlos contra multitudes de «infieles». Hace meses que la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI) había advertido del tal riesgo y de la nueva táctica yihadista.

La matanza de Niza aporta una prueba ensangrentada.

La personalidad del asesino, el conductor del coche frigorífico, que se estrelló contra la multitud, en la Promenade des Anglais, en Niza, la noche del jueves, es un retrato robot del nuevo terrorista francés. El asesino, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, es un tunecino de 31 años, casado en Francia, separado y padre de tres hijos, «un tipo que había perdido la cabeza», según varios de sus vecinos, en un suburbio. Estaba fichado por delitos con violencia física, altercados violentos, pero «no se le conocía ningún fervor religioso, hasta la noche de la matanza».

El ministro de Interior sorprende diciendo: «"Parece ser" que se radicalizó en pocos días»

Tras un consejo de seguridad restringido, en el Elíseo, Bernard Cazenueve, ministro del Interior, hizo la siguiente revelación: «Parece ser que el asesino se radicalizó muy rápidamente». La clave política de la revelación está en ese «parece ser…». Dos días después de la matanza, el máximo responsable de la seguridad del Estado debe confesar un «parece ser…» que dice todo lo esencial con tal ignorancia insondable. Fichado por la Policía, desde hace años, nadie había podido o sabido interpretar la evolución religiosa, yihadista o sencillamente criminal de un asesino que «parece ser» se había «radicalizado rápidamente».

Los amigos

Los servicios de seguridad han llegado a tal conclusión tras interrogar y detener preventivamente a la esposa del asesino (en vías de separación) y a otros cinco amigos o conocidos, habitantes en el mismo suburbio del este de Niza, en las inmediaciones de la autopista que conduce hacia Mónaco - Monte Carlo. El «parece ser» del ministro francés del Interior se hizo público a la misma hora que Daesh reivindicaba la matanza de Niza, con dos días de retraso. El comunicado de Daesh, difundido a través de sus canales tradicionales, presenta a Mohamed Lahouaiej Bouhlel como un «soldado» que había respondido al llamamiento de la organización yihadista, pidiendo a los musulmanes piadosos que maten por cualquier medio a hombres y mujeres libres, occidentales, de países miembros de la coalición que bombardea a Daesh en Siria e Irak.

Los especialistas traducen e interpretan la reivindiación de Daesh de la manera más comprensible e inquietante: la organización yihadista difunde a toda hora llamamientos, prometiendo el cielo a los musulmanes piadosos que maten «por cualquier medio» (cuchillos, pistolas, coches bombas, etcétera). Y estas acciones pueden reivindicarse como acciones consumadas por franquicias de la central yihadista. El caso del asesino de Niza ilumina con crudeza la espiral endemoniada que amenaza a Francia.

Delitos violentos

Hasta hace tres días, los servicios de seguridad solo tenían fichado al asesino de Niza por delitos violentos. La detención e interrogatorios de varios amigos o conocidos del asesino ha revelado los caminos que conducen al yihadismo. Mohamed Lahouaiej Bouhlel frecuentaba poco los numerosos lugares de culto de la Costa Azul. Pero todos sus vecinos lo describen como un personaje «tirando a loco», «muy taciturno», que miraba «fijamente» a las chicas del barrio. «Parece ser», según el ministro del Interior, que ese personaje comenzó a frecuentar a otros personajes igualmente turbios, pero más versados en islamismo radical. Unos y otros pudieron «calentarse los cascos» escuchando los mensajes ultra radicales de Daesh… y, nada más fácil que alquilar un camión y lanzarlo contra una multitud, a tiros, a sangre y fuego, siguiendo las «consignas» islamistas.

Los interrogatorios permitirán esclarecer el alcance exactos de esas amistades o asociaciones islamistas/terroristas.

Ver los comentarios