El comercio de minerales contribuye a mantener mortales conflictos que han desplazado a 9,4 millones de personas
El comercio de minerales contribuye a mantener mortales conflictos que han desplazado a 9,4 millones de personas - ÁLVARO Ybarra Zavala

El Parlamento Europeo aborda la regulación del comercio de minerales de sangre

Por primera vez podría exigirse legalmente a las empresas europeas que garanticen que los minerales que compran no contribuyen a mantener conflictos

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Evitar financiar de manera ilícita grupos militares en zonas en conflicto es el objetivo de la votación que hoy miércoles se llevará a cabo durante la sesión plenaria en Estrasburgo. Los eurodiputados se disponen a votar la legislación preliminar, con la que por primera vez podría exigirse legalmente a las empresas europeas que garanticen que los minerales que compran no contribuyen a mantener conflictos ni abusos contra los derechos humanos en otros países. Sin embargo, Amnistía Internacional teme que se pueda desaprovechar una oportunidad histórica si «la UE da preferencia a las grandes empresas sobre quienes sufren las consecuencias del mortífero comercio».

Los minerales como el estaño, tantalio, wolframio y oro son esenciales en la fabricación de ordenadores portátiles y teléfonos móviles.

Muchos de estos minerales se originan en zonas del África subsahariana plagadas de guerras durante décadas. En el este de República Democrática del Congo (RDC), varios grupos rebeldes llevan años financiado sus actividades a través de la comercialización de los llamados minerales de conflicto. La demanda mundial de dispositivos técnicos también ha contribuido indirectamente al asesinato, expulsión y violación en países como la República Democrática del Congo.

Según la ONG Global Witness, la Unión Europea es el segundo mayor importador de ordenadores portátiles y teléfonos móviles. La propuesta que los diputados votan hoy quiere romper este círculo vicioso para que las empresas que cotizan en estos minerales demuestren que las materias primas no proceden de minas en zonas de conflicto.

Gerardo Ríos, portavoz de Amnistía Internacional (AI), apoya la legislación de la UE, pero advierte que «el intenso cabildeo de las grandes empresas amenaza con suavizar la ley hasta convertirla en una propuesta de escasa utilidad». Si no se reforma la propuesta, solo se exigirá legalmente abastecerse de «manera responsable» a alrededor de 20 importadores de materias primas minerales. Sin embargo, a las las marcas que venden y fabrican productos que contienen esos minerales se les aplicará sólo un «sistema voluntario».

Presión entre bastidores

Las empresas a menudo piensan que están haciendo los controles necesarios y que no necesitan ser regulados. Sin embargo, el Centro de Investigación sobre Empresas Multinacionales, una ONG holandesa, ha publicado recientemente un estudio en el que se muestra que las empresas europeas no llevan a cabo la regulación debida.

«Las empresas, en su mayoría del sector del automóvil, la aeronáutica y la electrónica, están ejerciendo presión entre bastidores para asegurarse de que no tendrán que investigar los minerales de sus productos ni que informar de ellos», dice AI. El motivo principal, concreta Gerardo Ríos es que «cualquier empresa no quiere ser regulada por temor a que se incremente la carga administrativa y que se pueda encarecer el suministro al tener que verificar su origen».

Por otra parte, los consumidores europeos han enviado más de 200.000 mensajes a los parlamentarios para pedirles que refuercen la ley. Más de 150 organizaciones de la sociedad civil, así como el Dr. Denis Mukwege, galardonado con Premio Sájarov 2014 de la UE para los derechos humanos, se han hecho eco de este llamamiento, al igual que políticos, inversores, voces empresariales y líderes religiosos.

«El comercio debe beneficiar a la población local, no a los grupos armados», concluye el portavoz y coordinador de empresas y derechos humanos de Amnistía Interancional.

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