Restaurante Arima: pasión, técnica y creatividad

Desde el momento en que cruzamos la puerta de Arima, la sensación de estar en un espacio cuidado y acogedor es palpable. Mariana Sánchez, con su profesionalismo y simpatía, guía a los comensales con una atención que no deja nada al azar. Su conocimiento profundo de los platos y su capacidad para crear una atmósfera relajada y cercana son cualidades que marcan la diferencia.

En cuanto a la propuesta culinaria de Alejandro Bazán, la experiencia es un recorrido por sabores intensos, texturas y técnica que da vida a cada plato con una elegancia sutil. Los ingredientes locales y de temporada son protagonistas en cada bocado, y el chef sabe cómo jugar con ellos para ofrecer combinaciones inesperadas, pero siempre equilibradas.

Anchoa en salazón con mantequilla de oveja y brioche tostado: Un inicio ideal para la cena. La anchoa, de buena calidad, se deshace en el paladar mientras la mantequilla de oveja aporta un toque cremoso que contrasta a la perfección con la textura crujiente del brioche. Un plato que resalta la simplicidad de los ingredientes y su calidad.

Patatas bravas: Si bien las patatas bravas son un plato clásico y esperado, en Arima las patatas están perfectamente fritas, crujientes por fuera y cremosas por dentro, acompañadas de una salsa brava con un toque de picante y ahumado que no deja indiferente.

Steak Tartar: es una elaboración que precisa de precisión y frescura, este tartar se caracteriza por una carne de vacuno de buen corte, sazonada con el punto exacto de condimentos. Cada bocado es un equilibrio entre la suavidad de la carne y el toque ácido que le confiere la mostaza y el encurtido, sin perder de vista el sabor natural del producto.

Zamburiña con mojo de coriandro: Un plato marino donde la zamburiña, con su sabor dulce y delicado, se ve realzada por el frescor del mojo de coriandro. La combinación de sabores y texturas es un claro ejemplo de la capacidad de Bazán para reinterpretar la tradición andaluza con un toque personal.

Huevo a baja temperatura con parmentier, foie y setas: este probablemente fue el plato que más nos convenció, reconfortante y lleno de umami. El huevo a baja temperatura, con su yema perfectamente líquida, se mezcla con la suavidad del parmentier y el foie, creando una armonía deliciosa que se ve completada por las setas, que aportan una dimensión terrosa y profunda.

Corvina en tempura con bearnesa de manteca colora: Un plato que juega con contrastes, donde la corvina se presenta en una tempura ligera y crujiente, mientras que la bearnesa de manteca colora le otorga una nota untuosa y sabrosa que complementa a la perfección el pescado fresco.

Espuma de leche caramelizada con manzana confitada: Para terminar la comida, este postre es una oda a la dulzura sin excesos. Aunque echamos de menos algún aporte más de texturas, la espuma de leche caramelizada, ligera y aireada, se combina con la manzana confitada, que aporta un toque ácido y fresco, creando una experiencia dulce pero equilibrada.

La experiencia en Arima es un viaje gastronómico que no deja de sorprender. La destreza de Alejandro Bazán en la cocina, unido a la atención meticulosa de Mariana Sánchez en sala, hacen de este restaurante una opción muy interesante en Jerez. Cada plato es una declaración de amor a los productos de la tierra, elaborados con técnica y una creatividad que no teme explorar nuevas rutas. Sin lugar a dudas, Arima es una parada obligatoria para los amantes de la buena cocina que buscan calidad, sabor y una buena experiencia.