Kallana: Cocina tradicional con toques creativos

Este nuevo proyecto de apenas seis meses de andadura, Kallana, se sitúa en una de las zonas más conocidas y residenciales de Jerez de la Frontera, muy cerca del Parque González Hontoria y del Hotel Jerez, es decir, prácticamente en el recinto de la feria de Jerez.

Con muy pocos metros cuadrados han sabido abrir un establecimiento con encanto donde poder degustar platos de cocina tradicional con ciertos toques de creatividad y presentación. Con vocación de abrir todos los días de la semana ininterrumpidamente, excepto los lunes, desde la 8 de la mañana con los primeros desayunos hasta las 24 horas con las últimas cenas.

Con pocas mesas dentro del local y algunas más en la terraza, es un sitio donde cuidan al máximo de la calidad de los productos.

Así, se puede encontrar desde un jamón ibérico de la máxima calidad cortado a cuchillo delante del cliente hasta un tartar de atún rojo de almadraba, pasando por un algún guiso del diario.

Nuestra experiencia en Kallana fue del todo punto positiva, no sólo por los platos que pudimos degustar y que a continuación pasaremos a detallar, sino también por la amabilidad en el trato recibido. Nada más entrar vimos una mesa alta con varios jamones ibéricos que, por lo que pudimos observar, tiene una alta rotación, síntoma de que los dueños apuestan por productos de calidad y los clientes lo perciben.

En nuestra visita no nos ceñimos a la carta, sino que nos dejamos aconsejar. Así empezamos por una ensaladilla de gambas que nos trajeron un plato de diseño con unas piezas de regañá y unos toques de perejil. En boca su textura era muy cremosa y fina, sus ingredientes los justos, ya que las gambas, la patata y la mayonesa no requerían de nada más. Ciertamente una ensaladilla para repetir.

Como no podía ser de otra manera seguimos nuestro evento culinario con media ración de tabla de jamón ibérico, ya que teníamos que saber si lo que nos pareció al principio era verdad. El plato de jamón vino bien presentado y, sobre todo, maridado, ya que lo acompañaba una crema muy suave de salmorejo y un pan de cristal con sorprendente aceite de oliva virgen extra de cosecha temprana que le iba como “anillo al dedo” y que ya conocíamos de otras ocasiones.

El crujiente del pan, el toque de salmorejo y le virgen extra le daban al jamón el maridaje perfecto. Quizás, para próximas ocasiones, nuestra única mejora sería que el corte debería haber sido algo más fino. Por cierto, de cantidad perfecto y precio mejor.

A continuación, seguimos con media ración de steak tartar de vaca retinta donde la presentación fue sorprendente por el diseño del plato, ya que además del colorido del mismo se nos mostró con casi todos los ingredientes sin combinar, de modo que fuimos nosotros quienes hicimos in situ y al gusto el propio plato en la mesa. Teníamos la carne, la yema de huevo curado, la salsa propia de mostaza, mostaza en grano, pepinillo, y varios cortes de fresa para el maridaje perfecto. No defraudó.

Antes de cerrar con el tartar de atún rojo que iba a ser nuestro último plato nos pusieron un pan de cristal de revuelto de gambas acompañado de cebolla y patatas paja y del que pudimos apreciar sus aromas a vino fino, ya que el plato había sido preparado con este vino. Ciertamente fue un acierto, aunque para nuestro gusto fue demasiado contundente. Muy buen sabor y textura, pero en este caso con una presentación estándar y, como hemos comentado anteriormente, demasiada cantidad para lo que ya llevábamos y todavía quedaba por degustar.

Para terminar, nos sugirieron algo más ligero, un tartar de atún rojo de almadraba con jengibre, wasabi y wakame. Un clásico con una presentación sencilla pero colorida. En boca se podía apreciar perfectamente la calidad del atún y sus aderezos. La verdad es que fue un cierre perfecto.

Salvo los pequeños detalles que hemos comentado que sería bueno que tuvieran en cuenta, el resto podríamos decir que estuvo por encima de la media. Así, para llevar sólo abierto Kallana apenas seis meses podemos afirmar que volveremos para degustar los demás platos que se quedaron por probar, sabiendo que continuamente en las redes sociales salen platos nuevos para degustar en función de la temporada. Seguro que picamos de nuevo.