Cádiz, una provincia para comérsela
Menuriego
Antonio Ares Camerino
Cádiz
«La noche había sido muy calurosa, pocos recordaban otra igual. Conciliar el sueño era sólo una intención. En el duerme vela de un despertar tempranero, aún apostado entre sábanas sudorosas, me vino un olor a tortilla de patatas. No me acordaba, pero teníamos previsto día completo de playa. Después vino un aroma a pimientos asados y un cierto tufillo a filetes de pollo empanados, macerados en ajos y limón. Medio dormido acudía a la cocina. Allí la intendencia se preparaba para una excursión de sol y agua salada de gran categoría. Allí estaba preparado el gazpacho. Fiambreras, barras de pan, bolsas de patatas fritas, latas de aceitunas, neveras pertrechadas de bebidas refrescantes, mucha agua, algunas que otras cervezas y mucho hielo. El que peor tenía el porte era el encargado de transportar la grandiosa sandía que enterraríamos en la orilla del mar para que estuviera fresquita. Todo un día de placer culinario sin pretensiones que disfrutaríamos con el permiso de los rayos UVA».
Menuriego, un concepto nuevo gastronómico
En el mundo de la gastronomía las palabras nuevas surgen como setas en otoño. En la actualización de la RAE (Real Academia Española de la Lengua) de 2024 se han introducido palabras nuevas relacionadas con la gastronomía. Barista, frapé, fumé, infusionar, parillar, tabulé, tetería, tutifruti, umami, vaporera y wasabi han entrado en el diccionario oficial. El término deconstrucción, tan usado en la cocina moderna, aún figura en el diccionario como «el desmontaje de un concepto o una construcción intelectual«.
Propongo acuñar el término «Menuriego»: nombre común, masculino singular. Dícese del conjunto de viandas que se degustan de manera lúdica y placentera en época estival y en la orilla del mar, compuesto fundamentalmente por alimentos de cercanía, entre los que no debe faltar el gazpacho, la tortilla de patatas y una grandiosa sandía.
Desde Bonanza, en Sánlucar de Barrameda a la Cala de la Sardina en San Roque, pasando por Chipiona, Rota, El Puerto de santa María, Cádiz, san Fernando, Chiclana, Conil, Vejer, Tarifa o Algeciras. 285 kilómetros de costa en los que podemos encontrar playas vírgenes, urbanas o pequeñas calas, remansos de aguas tropicales o grandes extensiones barridas por fuertes vientos. Playas familiares o turísticas. Mas de 170 kilómetros de finas arenas y aguas transparentes.
Los chiringuitos, un concepto ideado en 1913
Tan consustancial a las playas como las Banderas Azules, que las hace atractivas para el turismo, están sus elementos de restauración más representativos, los «chiringuitos». Dicen que en España se utilizó por primera vez este término en 1913 en Cataluña, concretamente en Sitges (Barcelona). Fue el nombre que el periodista César González Ruano le dio al pequeño bar de la playa donde solía escribir, un pequeño homenaje a sus viajes a Cuba.
Por definición. Infraestructura rudimentaria, ornamentación marinera, todo desmontable, servicio de barra o mesa de andar por casa, donde se concitan la fina arena, el vino blanco joven y el pescado fresco del día. Los tiempos cambian y hoy en día estos pequeños chiringuitos de playa, sin grandes aspiraciones, se han convertido en auténticos templos de la gastronomía con aspiraciones estelares. Atrás quedaron las sardinas a la puerca, las caballas con piriñaca, las ensaladas verdes con muchas cosas, el pescado muy bien frito, y a lo sumo un buen arroz caldoso con crustáceos bigotudos. En nuestros 170 kilómetros de playa tenemos la oportunidad de disfrutar de verdaderos templos del «menuriego».
Por decenas se cuentan los Chiringuitos de nuestras costas donde se puede disfrutar de un comer de «gran categoría». Por número y calidad de las viandas se sitúan en el ranking Chipiona, Conil y Vejer de la Frontera. Desde el restaurante Antonio en Zahara de los Atunes a Casa Francisco en la Fontanilla en Conil, desde el Tirabuzón en la playa de Santa María del Mar en Cádiz al Prospín en la Tres Piedras de Chipiona, desde Casa Gaspar en Sanlúcar de Barrameda al Alférez en la Playa de El Palmar en Vejer, desde El Bebo los Vientos en la Playa de la Victoria de Cádiz a Casa Otero en Bolonia, desde Casa Juan en el Palmar al Bibo en la Playa los Lances en Tarifa, desde el chiringuito El Roqueo en Conil al Castillito en la Playa de la Puntilla, desde chiringuito de Juan en Algeciras a Casa Bartolo en la Casería de San Fernando, desde el Cuartel del Mar en la Playa de la Barrosa en Chiclana al Que faltaba en Barbate.
Todo un lujo de sabores naturales y productos de cercanía a pie de playa.
Y para los que prefieren el entorno a la comida recomiendo consultar el Catálogo de Playas de la Provincia de Cádiz, editado por la Diputación Provincial.
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