La Fresquita de Perea cumple cinco años con novedades

El 25 de marzo, Tamara Ramírez y Jose Perea soplarán las velas de la tarta por su quinto cumpleaños en La Fresquita de Perea, su establecimiento en Zahara de los Atunes. Y lo hacen con muchas novedades, comenzando por el local, reformado por John Arribas, más conocido como John Te Lo Busca, y continuando por su propia marca, que cambia de imagen gracias a los barbateños Acontraflecha, que se hacen también cargo de sus redes sociales. Ahí terminan los cambios principales, así que no teman, que el atún seguirá siendo el producto estrella.

Ubicada en la calle Alcarabán, en la que era la casa familiar de Jose, la reforma que ha sufrido ahora es especialmente visible en el interior, donde ha ganado en espacio.

La barra se reubica, desplazándose al fondo y dejando mucho más hueco para las ocho mesas altas que hay ahora. El baño se sitúa a la derecha, y la cocina también tiene ahora más metros y equipamiento, añadiendo igualmente un horno josper para las brasas.

Jose dice que con este cambio pretenden «ganar en amplitud y en servicio, todo para que el cliente se sienta más a gusto. De tres mesas en el interior, hemos pasado a ocho. John Arribas nos hizo las reformas en casa, así que ya tenemos trato con él, y aquí ha sabido darnos exactamente lo que queríamos».

En lo gastronómico, continúa Jose, «mantenemos lo esencial, aunque hay algunos platos nuevos. Seguimos trabajando el pescado de mercado y nuestro producto estrella: el atún de Gadira. La carta, aunque tiene novedades, sigue manteniendo la misma estructura que tenía cuando comenzamos».

Su mujer, Tamara, está al mando de los fogones: «nuestra cocina siempre va a ser tradicional porque a mi me encanta trabajar con esa base, pero le damos un toque moderno, sobre todo con algunos productos asiáticos. Uno de los platos nuevos, y que puede servir de ejemplo para esto que digo, es la flor de atún, una alcachofa con tartar de atún, huevos de codorniz, alga crujiente y salsa yakinuki. En la base lleva unas patatas panaderas, y cuando se mezcla todo, tiene un sabor buenísimo».

Otro de esos platos novedosos en el falso arroz negro, que en realidad es puntalette, cocinado con caldo de marisco, al que le añaden la tinta de calamar y un sashimi de ventresca por encima. O el bagel de semilla con pringá de la berza, desmenuzada y con una yema de huevo curada. Un plato, literal, para chuparse los dedos.

Pero, como decía Jose, el atún sigue siendo el hilo conductor de su carta, con el atún en tomate como referencia, ya que es un guiso que les acompaña desde 2018. El flambeado también sigue teniendo mucha demanda, al igual que el sashimi de lomo al romero. Este último han decidido dejarlo después de su aceptación el año pasado, «va con un toque de aceite de oliva y soja, y luego lo ahumamos en romero».

En su carta, que mantiene la estructura, como anunciaba Jose, hay varios apartados con platos como ensaladilla de pulpo, salmorejo a la Breña, surtido de salazones o alcachofa a la plancha con salsa verde como entrantes. Tiene también varias tostas y mini Burger, de buey y atún, y mini bocata de calamares. De la Mar, almejas, coquinas al jerez, gambas de cristal con huevo, tortillitas de camarones, taquitos de corvina frita o gambas a la plancha. El atún y algunas opciones carnívoras, como secreto ibérico o solomillo de vaca retinta, completan su oferta junto a los postres y los vinos, que cada año van teniendo más en consideración.

Trayectoria

Tras cinco años, Jose reconoce que han sufrido un gran cambio: «ahora es todo lo contrario a lo que comenzamos, que era con la idea de una tasca o cervecería. Pero fuimos viendo la progresión, mejoramos las instalaciones hasta llegar a este quinto año, en el que el cambio ha sido brutal. No es un restaurante, pero tampoco es una cervecería. No tenemos mantel, pero sí servilleta de tela».

El cambio también podía llamar la atención de los clientes: «queríamos que se notara pero también dejar claro que seguimos siendo los mismos, por ello mantenemos las mesas altas, pero hemos aumentado el nivel en el servicio. Por decirlo de alguna manera, es algo más elegante y profesionalizado, pero informal».

Jose, además, anuncia novedades futuras. La Fresquita de Perea da a tres calles, y en dos de ellas ya tiene sus mesas. «Nos queda la tercera, la trasera, para montar ahí otra terraza. También con mesas altas y manteniendo nuestra esencia, nada nuevo».

Hasta Semana Santa, La Fresquita de Perea abre de jueves a lunes, en turnos de almuerzo y cena. A partir de entonces, sólo descansarán los martes. Las reservas, otra de las novedades, se hacen ahora a través de su página web.