Casetas para comer en la Feria de Jerez

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Inmersos como estamos en plena Feria de Jerez 2019, en GURMÉ Cádiz les queremos proponer algunas casetas para reponer fuerzas con una buena comida, tan necesaria cuando la fiesta se alarga. Y la Feria es sin duda uno de esos momentos en los que apenas miramos el reloj, pero es que hay otro tipo de reloj, el corporal, que nos avisa cuando aprieta el hambre. Y para comer en la Feria de Jerez, hay mucho donde elegir.

Hasta el próximo sábado 18 de mayo, el ferial del parque González Hontoria recibe a miles de visitantes deseosos de disfrutar al máximo de la internacionalmente conocida Feria del Caballo. A todos ellos les dejamos esta pequeña guía que les ayudará, sin duda, a disfrutar al máximo de la fiesta.

Platos caseros y otras apuestas más vanguardistas, dan para elegir. ¡Buen provecho!

Casa Juan Carlos

Los profesionales de la Caseta Juan Carlos, dispuestos para la Feria de Jerez 2019.

Gestionada por Alfredo Carrasco Benítez, con su hermano Juan Carlos a los mandos de la cocina, la Caseta Casa Juan Carlos lleva tres décadas en la feria, los 15 últimos con su nombre actual. En su carta, como no puede ser de otra manera, se pueden encontrar los platos más típicos de la feria como los pimientos fritos, salmorejo, montaitos o el pescaito frito. Eso si, no pida tortilla de patatas porque no la hay.

Este año la caseta apuesta por las ostras, tanto naturales como en tartar, que según nos comenta Alfredo está teniendo una buena acogida las primeras jornadas de la feria. Recuerda que el año anterior triunfó el solomillo de atún mechado con crema de ali olí y que hay gente que se lo pide, pero ahora en 2019 también se está dando bien el tartar de atún y el salteado de patatas al ajillo con jamón, boletus y foie.

El tartar de ostras de Casa Juan Carlos, otra opción para comer en la Feria de Jerez.

Otros de sus platos son el pulpo estofado con patatas revolconas, los daditos de corvina sobre salmorejo asado y virutas de jamón o las albóndigas de choco en salsa verde.

Por si fuera poco, en Casa Juan Carlos se prepara todos los días un arroz. El miércoles toca el negro con ali oli, el jueves con rabo de toro y setas, el viernes alcachofas con almejas y el sábado secreto ibérico y verduritas.

Amigos del Canasta

Alejandro Vega y su hermano Juan Pablo llevan muchos años ligados a la restauración en la Feria de Jerez gracias a La Montería, que siguen gestionando en la actualidad, conscientes de la importancia de que el sector hostelero de Jerez tenga presencia en el González Hontoria. Además, son los propietarios del conocido restaurante La Piedra y otras empresas relacionadas con la gastronomía. Este año, Alejandro se estrena en la caseta de Williams Humbert, Amigos del Canasta, y lo hace con la calidad que caracteriza a La Piedra.

Agradecido a la familia Medina por confiar en él, Alejandro traslada buena parte de su la carta de La Piedra al ferial jerezano. Entre las frituras, afirma que las que me más se piden piden son los crujientes de queso, puerro y gambas con reducción de Pedro Ximénez, las croquetas de cola de toro y las tortillitas de tagarninas y pargo.

El jamón de la caseta Amigos del Canasta, de Medina del Encinar.

El pescado y el marisco también tiene un papel importante, y estando en el mes de mayo, en plena temporada de almadrabas, no puede faltar el atún. Eso sí, al igual que en La Piedra, la carne adquiere un papel relevante destacando los entrecott de vaca frisona con 35 días de maduración, o el jamón de bellota con la mejor selección de la reserva de familia de Medina del Encinar.

Para ambientar la caseta, también hay música en directo que anima aún más a la caseta de Amigos del Canasta, a la que puede acceder todo el mundo que lo desee y por la que ya se han dejado ver representantes de empresas de primer nivel internacional.

Caseta Veracruz

Tiemar será el encargado este año de la cocina de la Caseta Veracruz.

El conocido restaurante jerezano Tiemar, de Isidro López, está de traslado. Pensaba tener su nuevo local abierto durante el mes de mayo, pero por diversos motivos no ha podido ser. Lejos de dormirse en los laureles, Isidro ha aprovechado para seguir entre fogones en la Feria del Caballo, haciéndose cargo de la cocina de la Caseta de la Veracruz.

A pesar de contar en la carta con algunos de los insustituibles de la feria como el jamón, la tortilla de patatas, los pimientos fritos o el serranito y los montaditos, amén del pescado frito, Isidro traslada buena parte de Tiemar al parque González Hontoria. Por ejemplo, nos comenta, el pan de bao de cerdo asado con guacamole, conocido por el Pilarín, nombre que decidieron en la Hermandad a proposición del propio Isidro. Siguiendo con el bao, también tiene el de pato al estilo pekinés, o noodles salteados con verdura y pollo.

Los churros de caballa que se sirven en la Caseta de la Veracruz.

Isidro también se atreve con los churros, pero en este caso unos muy especiales, ya que son de caballa, salados, y al que le ponen mole para que parezca chocolate, pero que en realidad tiene un sabor picante y al comerlos, con la salsa, da la impresión de que son chocolate con churros.

Otro de los platos estrella es el gofre salado de patatas con huevo frito y jamón, y los dampling de boquerón y albahaca con lima, que es algo diferente. Adobo de atún rojo, merluza en dados con ali oli de pera o las puntillas al ajillo con con guisante peruano, kimchi y lima, son también parte de la variedad que propone Isidro en la Caseta de la Veracruz.

Caseta La Amargura

El ajo campero de La Amargura.

Este es el primera año que los hermanos de La Amargura se hacen cargo de la cocina, ya que antes se alquilaba a algún hostelero para que la gestionara. Así nos lo cuenta Lolo Candón, de Mosto Santa Teresa, que también colabora con la Hermandad de manera altruista.

En cuanto a la comida, no pueden faltar los típicos de la feria como los montaitos, pero también se apuesta por la carne, como el lomo bajo de ternera Angus o la presa ibérica. Todo ello sin olvidar los guisos típicos como el ajo campero, el menudo o la sopa de tomate.

Choco entero frito con ali oli, otro de los platos de La Amargura.

Además, los arroces completan una carta bastante amplia y a precios muy asequibles.

Lolo se muestra ilusionado por este primer año, y es que en los primeros días la gente está respondiendo muy bien y están recibiendo buenas críticas por la comida de La Amargura.

Caseta la Exaltación

El personal de la cocina, dispuesto para el trabajo en la Caseta la Exaltación.

La Caseta la Exaltación también es veterana en la Feria de Jerez, con más de treinta años desde que se instalara por vez primera. Los hermanos de esta Hermandad del popular barrio de La Vid y Las Viñas se hacen también cargo de la cocina, ya que para ellos supone una importante fuente de ingresos para todas las actividades que desarrollan el resto del año. Uno de ellos, David Puerto, dice además que siendo los hermanos los encargados de todo, el 95% de la comida que sirven es casera.

Una comida a la que le han querido dar su particular toque a la hora de bautizar los platos, de manera que el tradicional serranito se convierte en la Parihuela, y las lagrimitas de pollo, lo son de Cleofás. Este año está funcionando muy bien el revuelto al serrucho, con huevo, jamón, chorizo y patatas, al igual que una de las novedades, el antojo, que es el típico de todos los bares, dice David, con patatas, huevo, cebolla y jamón ibérico.

El revuelto al serrucho, uno de los más demandados en la Caseta la Exaltación.

Siguiendo con los nombres, en la Caseta la Exaltación tiene su propio Titanic, una gran bandeja con tortilla, chocos, adobo, pimiento y tortilla de camarones. Por último, la Trabajadera, un flamenquín de talla XXL, elaborado por uno de los hermanos, y que se acompaña de patatas fritas y pimiento.

Más allá de la comida, la Caseta la Exaltación se vuelva este año en las redes sociales, invitando a todos aquellos que les acompañen con la etiqueta #FeriaenlaExaltación19

AVV Pozo de la Víbora

Los famosos pinchitos morunos de la asociación de vecinos del Pozo de la Víbora.

Cuando se acerca a la caseta de la Asociación de Vecinos Pozo de la Víbora tiene muy claro algo de lo que va a pedir para comer: sus famosos pinchitos morunos. Pero a pesar de ellos, la caseta ofrece mucho más. Así nos lo explica Pedro Chacón, que lleva gestionando la cocina desde hace algo más de una década junto a su hermano, y es que fiel a su origen cordobés, son de Lucena, en la carta no falta el gazpacho cordobés, el salmorejo y los serranitos que son gigantes. Pedro recuerda que en alguna ocasión alguien ha pedido más de un serranito, y cuando ha visto el tamaño, se arrepentía de pedir tanto.

Retomando los pinchitos, Pedro dice que llevan décadas en la caseta. El número que salen al día es imposible de saber, pero nadie duda de la calidad que Abdel le da a sus pinchitos morunos, herencia familiar de su padre Mohammed.

Chocos, anchoas del cantábrico, calamares, jamón o gambas, son otras de las opciones en la caseta, aunque Pedro hace mención del famoso flamenquín cordobés, que “por aquí te venden unos que no son los buenos, aquí nos lo hacen nuestras mujeres y son una maravilla”.

El éxito de la caseta es tal que Pedro ya pide algún módulo más para poder ampliarla, y como muestra, la cantidad de cerveza Cruzcampo que se vende, siendo una de las primeras de la feria en litros servidos.

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