Tragaboca, una nueva opción para tapear en la calle Juan Bueno de Vejer

Abierto desde días antes de la Semana Santa en la céntrica calle Juan Bueno de Vejer de la Frontera, Tragaboca supone un nuevo lugar donde poder disfrutar de la gastronomía en su formato más reducido en uno de los pueblos más bonitos de España.

Su propietario es el vejeriego Paco Pacheco, de una conocida familia local dedicada al sector de la pesca. Aunque él comenzó en ese trabajo, pronto se decantó por temas hosteleros, y ya en 1998 abrió su primer bar, el Aloha.

Hace diez años abrió el que es su restaurante más conocido, la Tarantella, en plena calle Corredera. La Casa del Vino, en la plaza de España (la de los pescaítos), y otros dos negocios en el Mercado Gastronómico, la cervecería y la Tarantella Exprés, con pizzas para llevar y tomar allí mismo, son sus otros locales en Vejer.

A ellos suma también el hospedaje, con el Hostal La Posada, el Hotel Bekkeh Posada Boutique y, a partir del 1 de enero de 2024, La Botica.

Tragaboca nace porque Paco tenía en la cabeza «ofrecer algo informal, un concepto distinto y menos habitual en Vejer, como lo que estamos intentando. Hay algunas raciones clásicas, como los chicharrones o los quesos de la sierra, anchoas y mejillones, y también algunas tostas un poco más elaboradas. El cliente puede elegir entre gastar 10, 20 o 30 euros. Después también tiene la posibilidad de tomarse un cóctel o una copa. Es una manera más de sumar a la buena labor y el esfuerzo que están realizando todos los hosteleros de Vejer».

En su exterior, cuenta con once mesas altas, habiendo un espacio interior en el que pueden comer una decena de comensales, aproximadamente. Ensaladilla de gambas, salchichón ibérico y la gilda de atún son otras de las opciones de su carta, en la que triunfa el mollete de carne mechada con pesto de tomate, almendra y rúcula.

Las tostas, de albacora con cherrys y aceite de trufa; de sardinillas, queso payoyo, tomate seco y rúcula; de rulo de queso de cabra, mermelada de tomate, rúcula y nueces; de sardina ahumada, guacamole, lima y cilantro; de jamón, portobello y aceite de trufa, y de bacalao ahumado, salmorejo y alcaparras.

Ahora, en la temporada de verano, Tragaboca abre todos los días a partir de las seis de la tarde. Paco se muestra satisfecho porque la respuesta de la clientela «está siendo muy positiva. Estamos en una buena ubicación y hemos montado también un buen equipo». En invierno, anuncia, seguramente habrá turno partido, y la carta contará con algunos platos calientes como guisos, cremas, sopas y demás.