5 consejos para enseñar a los hijos hábitos sostenibles

Cuanto antes aprendan los niños sobre la sostenibilidad, mejor será para todos, advierten los expertos

S. F.

La educación sobre el cuidado del planeta ha llegado para quedarse. Cada vez son más las familias que se inician en los hábitos ecológicos y que se interesan en impartir una educación ambiental a sus hijos. En este contexto, Sprout World , la empresa creadora de los lápices plantables, recuerda que «enseñar a los niños a tratar el planeta con respeto no es sólo algo que deben aprender en la escuela, sino que también debe enseñarse en casa. Mostrar a los niños cómo cuidar nuestro planeta es importante, ya que son la generación futura, y cuanto antes aprendan sobre la sostenibilidad, mejor será para todos».

Transmitir al niño esa forma de vida sostenible

Michael Stausholm, fundador y director ejecutivo de Sprout World, la empresa creadora de los reconocidos lápices Sprout plantables, ofrece algunos consejos sobre cómo empezar con rutinas sencillas y ecológicas.

1.- Comenzar con algo pequeño y mantenerlo en el tiempo. La implementación de hábitos sostenibles a veces puede resultar abrumadora. Por eso es recomendable empezar poco a poco con pequeños gestos. Hay que tener en cuenta que estos pequeños cambios tendrán un impacto a largo plazo por lo que es importante ser capaces de mantenerlos. Cuanto más pequeño sea el niño, más sencillo será inculcar estos nuevos hábitos ecológicos .

2.- Deshacerse de la basura de la manera correcta . Se puede enseñar a un niño de tan solo 3 años que la basura no pertenece a la naturaleza y debe recogerse y desecharse correctamente. Ya sea que se esté en la playa, de picnic en las montañas, tomando un refresco o disfrutando de un helado en el parque, siempre hay que limpiar lo que se ensucie.

De este modo, los niños imitan el comportamiento de los padres y, al poner la basura en el contenedor correcto, harán lo mismo una vez que estén solos. También se puede recolectar la basura que se encuentre en el suelo o juntarse a la comunidad local cuando se organizan días de «ciudades limpias». Si la comunidad en la que se vive tiene un sistema de clasificación de basura, se debe enseñar a los hijos cómo clasificarlo en casa.

3.- Ahorrar agua y electricidad. Otro hábito que hay que inculcar cuanto antes es el de apagar las luces, los ventiladores o el aire acondicionado cuando no se está en una habitación.

Para continuar con el ahorro, el fundador de Sprout World propone más ejemplos que se pueden llevar a cabo en casa: en los meses de invierno, bajar el termostato uno o dos grados aliviará también la contaminación. Si sólo hay una pequeña pila de platos para lavar, es recomendable esperar hasta que el lavavajillas esté lleno antes de encenderlo. Cerrar el agua cuando se cepille los dientes. Incorporar un temporizador en las duchas para no gastar más agua del necesario. ¿Por qué no convertirlo en un juego y ver quién puede tener la ducha más corta?

4.- Uso, reutilización y cero desperdicio. Entre los mejores hábitos que se pueden inculcar a los hijos está el de reutilizar cosas en lugar de tirarlas . De esta manera se ayudará a los pequeños de la casa a cambiar el enfoque del uso único de un producto y de su ciclo de vida.

Se puede invertir en botellas de agua reutilizables en lugar de latas o botellas de un único uso, porta alimentos de metal o materiales reciclados en lugar de bolsas de plástico, etc.

Otra propuesta interesante es cambiar la ropa usada de los hijos por la de otros padres o entregarla a organizaciones benéficas. En definitiva no tirar las cosas, en su lugar, intentar encontrar otro uso para ellas y así alargar la vida de todos los productos.

«En Sprout World, una de nuestras misiones es mostrar cómo puede ser la sostenibilidad y hacer que sea fácil de entender. Por eso nuestros lápices Sprout tienen una segunda vida. Cuando estos son demasiado pequeños para escribir o colorear, simplemente se pueden plantar boca abajo y cultivar sus propias hierbas, árboles, flores o vegetales», explica Michael Stausholm.

5.- Menos cosas, mejor calidad. Una de las mejores cosas que se puede hacer es enseñar a los hijos a comprar menos cosas. Juguetes, ropa, todo tipo de productos: a los niños les encantan todos, pero ¿realmente necesitan tantas cosas nuevas? ¿Y qué pasa con los juguetes cuando ya no los usan? Siempre hay que tratar de pasárselos a otros niños o dejar que los hijo los vendan y ganen algo de dinero para ahorrar.

La industria del juguete está llena de productos de plásticos baratos que se fabrican principalmente en China y que son altamente contaminantes. Las grandes plataformas de ventas, los marketplaces chinos, respaldan este tipo de industria de producción en masa que ofrece productos de baja calidad. Hay que asegurarse la calidad de los productos y para ello consultar las certificaciones que tiene: dónde se fábrica y qué contiene.

Uno de los hábitos más importantes en la buena educación de los hijos se apoya en el hecho de comprar menos pero de mayor calidad. Así no sólo se formarán consumidores más conscientes sino que se estará formando en los valores de cada cosa o producto.

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