«Hola, soy Beatriz y soy vuestra enfermera», el saludo que puede «enganchar a la vida»

Representantes de distintos sectores profesionales colaboran en la primera exposición fotográfica dedicada a dar visibilidad al suicidio

Beatriz, enfermera del Summa 112, decubre su foto en la exposición fotográfica
Laura Peraita

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«Hola, soy Beatriz y soy vuestra enfermera», así es como confiesa esta profesional del Summa 112 que entra en los domicilios de los pacientes. Asegura que entre sus funciones está la de dotar a las personas que atiende de todas la oportunidades sanitarias a su alcance. «En esta labor tenemos que tener los ojos muy abiertos porque hay veces que atendemos a personas con graves crisis de ansiedad o con intentos de suicidio. En estos casos observamos que si les damos confianza, las personas se abren porque se sienten en un entorno seguro, y dejan de sentirse inmersos en una realidad que califican de vergonzante. El apoyo les ayuda a ventilar su sufrimiento . En este país, —advierte— la salud mental es una atención de segunda mano. Cuando llevamos al hospital a un paciente con infarto o un politraumatismo está claro quién le tiene que atender a toda velocidad, pero cuando llevamos a alguien que intenta quitarse la vida o con un trastorno mental disgnosticado, o sin diagnosticar, la persona que le tiene que atender es un especialista en salud mental y no es de recibo que pase por medicina interna. Esto tiene que cambiar».

«Afortunadamente estamos cambiando las cosas», añadió José Manuel Dolader, director de la asociación La Barandilla , durante la presentación de la primera exposición fotográfica dedicada a la prevención del suicidio en nuestro país . «Hace unos años convocábamos debates, mesas redondas y casi no venía nadie porque se pensaba que del suicidio no había que hablar, era algo que se suponía que era mejor ocultar. Sin embargo, con gran esfuerzo vamos consiguiendo que cada vez haya más personas implicadas para luchar y prevenir este gran problema que sufre nuestra sociedad».

Sufrir no es de débiles ni cobardes, forma parte de la vida

En ese intento por poner encima de la mesa de debate un problema que en nuestro país se lleva cada día la vida de 10 personas , desde esta asociación no solo quieren hablar del suicidio para prevenirlo, sino que han decidido crear la primera exposición fotográfica dedicada a este asunto para darle la mayor visibilidad social. Es un intento más de aumentar la concienciación y lograr que las personas no escondan su sufrimiento y sepan pedir ayuda sin ningún tipo de vergüenza porque sufrir «no es de débiles ni cobardes, forma parte de la vida». Por ello, la exposición será itinerante y recorrerá distintos puntos de nuestra geografía.

La idea de crear la exposición «Engánchate a la vida» partió de Vico, un fotógrafo que de forma altruista ha querido inmortalizar a personas que desde diferentes ámbitos laborales están, de una forma u otra, unidos para ayudar a concienciar y prevenir el suicidio. Representantes del cuerpo de Bomberos, del Samur, Summa, de los medios de comunicación... e, incluso, personas con testimonios desgarradores por haber perdido a un hijo por suicidarse o el de una mujer que intentó quitarse la vida en diferentes ocasiones. «Para luchar por algo, en este caso contra el suicidio, lo primero que hay que hacer es no callar y hablar de ello. Con esta muestra, además, queremos visibilizarlo para activar una línea de prevención», recalcó Vico.

Sergio, del Cuerpo de Bomberos , apuntó que «cuando nos hacen una llamada nos enfrentamos en ocasiones al punto más crítico de un sufrimiento psicológ ico e insoportable de una persona que está decantándose por dejar de sufrir acabando con su vida. En ese momento, tenemos que lograr conectar con él, saber cuáles son sus intenciones, ayudarle a explorar nuevas alternativas, por no hablar del rescate, sobre todo si es en altura... Nuestra formación y la prevención son fundamentales para evitar estos casos».

Mar, técnica de emergencias del Samur , explicó que tienen un «Código 100» para detectar el suicido y realizar una atención rápida. «Trabajo en una unidad móvil y a veces vamos a atender una crisis de ansiedad, pero cuando llegamos al lugar nos explota en la cara este problema del suicidio. Vemos a personas que lo pasan muy mal y nosotros somos en ese momento la mano que les ayuda y les lleva al hospital. En los trayectos nos cuentan cómo se sienten . Tenemos que estar muy preparados para este tipo de situaciones. A veces estas personas están a nuestro lado y no nos damos cuenta de su gran sufrimiento. Por ello, es necesario tener mucha formación para detectarlo y ponerle solución».

«Sabemos llegar a la luna, pero no de saber cómo está la persona que está a nuestro lado»

Vega y Miguel delante de su foto en la exposición «Engánchate a la vida»

Vega y Miguel perdieron a su hijo de 20 años cuando decidió acabar con su vida hace siete años. «No aparentaba tener ninguna enfermedad mental —asegura su madre—. Queremos dar la cara y que se escuche que esto sucede. Hay que estar más abiertos y saber que el suicidio es una realidad. Hoy somos capaces de llegar a la luna, pero no de saber cómo está la persona que está a nuestro lado. Hay que saber escuchar y perder la vergüenza a pedir ayuda porque eso es de valientes y fuertes». Miguel —el padre— añadió que siente una gran pena porque su hijo no esté viendo la vida. « El silencio no ayuda, ni a nosotros ni a los posibles suicidas . A toda costa, algo hay que cambiar. No es normal que tanta gente se quite la vida».

«Nunca dije nada por miedo a que pensaran que estaba loca»

Es el caso de Carmen , que en un emotivo discursos explicó que intentó quitarse la vida tres veces. «Nunca dije nada por miedo a que pensaran que estaba loca porque era un tabú hablar del tema. Un día vi el teléfono contra el suicidio y llamé. Por fin, lo que durante tanto tiempo había silenciado pude expresarlo y me ayudaron a tener fuerzas».

La Asociación Barandilla recuerda, una vez más, que cuenta con un teléfono de ayuda para aquellas personas que padecen un sufrimiento tan infinito que dudan con acabar con su vida para no sufrir. Llamando al 911 385 385 las personas se pueden «enganchar a la vida» con apoyo.

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