«Las frases que los padres utilicen con sus hijos se convertirán en la voz interna de los menores»

La experta Rita Santoyo Venegas asegura que es «fundamental que dejemos de lado las frases que separan las cualidades de niños y niñas»

Carlota Fominaya

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En muchos casos, asegura la doctora en filosofía Rita Santoyo Venegas, la violencia contra la mujer empieza en las palabras. «Antes suele existir un maltrato verbal. Por este motivo es importante concienciar a los padres sobre la importancia de cuidar el lenguaje y sobre cómo hablamos a nuestros hijos e hijas. Las expresiones que usamos desde que son pequeños y que, en ocasiones, diferencian a los niños de las niñas, son fundamentales y pueden marcar la diferencia », explica esta profesional, experta también del departamento de Didáctica de Babbel.

Quizás muchas son inconscientes pero, ¿qué expresiones que usamos desde que son pequeños para diferenciar a los niños de las niñas son las más dañinas? Ponga ejemplos.

Hay muchas frases que se utilizan de manera cotidiana sin caer en la cuenta de ello. Un ejemplo es asumir que las niñas son frágiles y delicadas y que los niños son fuertes. Asimismo, si empezamos a catalogar ciertas actividades como solamente de niños o solamente de niñas, limitamos sus gustos y la manera en que descubren el mundo. D ecir «eso solo para niñas», o a la inversa, «eso solo de niños» no permitirá que los niños y las niñas desarrollen sus capacidades y descubran sus aptitudes . A las niñas también se les debe animar a que construyan con bloques y a los niños a que jueguen a la cocina si así lo desean. Es importante que tanto niñas como niños sepan que su inteligencia y su curiosidad por conocer el mundo son cualidades mucho más importantes que su apariencia física. Asimismo, expresiones como «corres como niña» o «lloras como una niña» deben, por supuesto, evitarse a toda costa, ya que inmediatamente califican el ser niña como algo de menor valor.

Estas expresiones, si se repiten mucho desde la infancia, ¿acaban siendo etiquetas que el pequeño acaba haciendo propias?

Indudablemente. Si a un niño se le dice «eres un flojo», acabará por ponerse él mismo la etiqueta de que es flojo . Si a una niña se le dice «no eres buena en matemáticas», acabará por creer que es verdad. De la misma manera, si a las niñas se les dice que ciertas actividades no son propias de niñas, como jugar con herramientas, correr o jugar fútbol, acabarán por sentirse limitadas a las actividades que se perciben como apropiadas. Y es lo mismo con los niños: es perfectamente aceptable que un niño juegue a cocinar .

Por este motivo usted remarca que es especialmente importante cuidar el lenguaje y las expresiones que utilizamos con los niños.

En efecto. También hay que evitar frases cuya intención es halagar, pero que siguen perpetuando estos estereotipos de género . Si a una niña se le dice «no lo haces mal para ser niña» no se le está haciendo un cumplido, sino que se está enfatizando, de nuevo, que el ser niña es una cualidad que afecta negativamente a sus capacidades y aptitudes. Los padres son la primera influencia en los hijos, ya que las frases que utilicen con ellos en la vida cotidiana se convertirán en su voz interna, y por supuesto, en las etiquetas con las que los pequeños formarán su propio autoconcepto.

¿Por qué otras expresiones se pueden sustituir?

Es muy importante que los adultos sean conscientes del lenguaje que utilizan con los pequeños y que se detengan a reflexionar antes de seguir perpetuando estos estereotipos y frases comunes. En vez de decir «eres un desordenado», se puede decir: «Hay mucho desorden en la sala, vamos a ordenar» . Así se califica a la situación y no al niño. En vez de decir «no eres buena para dibujar», se puede decir «Vamos a practicar más, lo irás haciendo cada vez mejor». Se reconoce, entonces, que las aptitudes se pueden desarrollar, y que los niños pueden practicar nuevas habilidades. Es fundamental que dejemos de lado las frases que separan las cualidades de niños y niñas. Los niños no son más fuertes que las niñas, ni deben serlo, y las niñas no tienen por qué ser delicadas y frágiles.

Rita Santoyo Venegas

¿Qué más deberíamos trabajar para realizar un cambio en este sentido?

Es fundamental dejar de lado estereotipos de género que se han vuelto parte de la forma de hablar cotidiana sin que uno se dé cuenta. Es muy común que a las niñas se les halague por verse bien o por ponerse ropa bonita. A los niños se les anima a explorar, pero las niñas solo deben estar guapas . Por otro lado, llorar está bien si eres una niña, pero es mal visto cuando se trata de un niño. Es más importante que tanto niñas como niños reciban cumplidos cuando intentan una tarea difícil o cuando exploran su mundo que por su apariencia física. Así, los pequeños no crecerán pensando que la belleza física es su atributo más importante. Por otro lado, se debe animar a que los niños expresen sus emociones, ya sea a través del llanto o de expresiones físicas de afecto como besos y abrazos, ya que esto es algo esencialmente humano, y no solo es propio de niñas. Los padres son figuras fundamentales en el desarrollo de los pequeños, pero también otros adultos que conviven con ellos deben cuidar las expresiones que utilizan enfrente de ellos. Hay que tomar conciencia, detenerse antes de actuar o decir algo, y pensar que las palabras tienen un enorme impacto, ya que van moldeando su mundo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación