La corresponsabilidad se hace un hueco en los hogares españoles

Cada vez son más los jóvenes que no «ayudan» en las tareas del hogar, sino que las comparten con sus parejas

Ana I. Martínez

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Cambiar la palabra «ayudar» por la de «compartir» con respecto a las tareas del hogar , sigue pendiente. Pero parece que la sociedad va en la buena dirección. Según el estudio de Ariel e Ipsos integrado en la campaña « Los Roles Cambian », el 57% de los jóvenes entre 20 y 35 años afirma compartir las tareas en el hogar , frente a un 46% de personas de entre 40 y 65 años.

«Los resultados de este estudio son el reflejo de la sociedad que tenemos y muestran que, pese a que todavía no hemos llegado a una situación de igualdad efectiva entre hombres y mujeres a todos los niveles, sí estamos avanzando», explica Alberto Soler , psicólogo experto en familia y crianza que ha participado en el estudio. «Los hombres cada vez se sienten menos identificados con la idea de «ayudar a sus parejas» en las labores, y más con el de compartir las tareas», reseña. Y es que solo el 11% de los jóvenes entre 20 y 35 años se identifica con el concepto de «ayudar» en casa, frente a un 22% de las personas mayores de 40 años.

Ariel pretende con esta campaña contribuir a que los hogares evolucionen hacia una mentalidad donde cada miembro de la familia sea igualmente responsable y capaz de realizar cada una de las tareas del hogar. Para ello, se hace necesario fomentar esta educación en los niños , a los que «sí podríamos decir que están ayudando en casa, especialmente cuanto más pequeños son y menos capacidad tienen», puntualiza Soler. « No se les puede pedir que se responsabilicen de las tareas cuando no tienen aún la madurez necesaria . Según van creciendo y van siendo más capaces habría que ir cambiando esa idea de ayuda por la de compartir», comenta.

Carga mental

La familia es el lugar en el que se deben dar esos cambios. Y es tarea de todos. « Los padres tiene que dejar de pensar y decir que están ayudando a sus parejas cuando hacen tareas de la casa en la que ellos mismos viven y cuando cuidan a sus propios hijos. Porque la casa y los hijos son de ellos también», recuerda Soler. A su vez, las madres, han de creerse esta nueva realidad porque, en caso contrario, les será muy difícil «convencer a sus parejas de que lo que hay que hacer en casa es cosa de los dos».

No hay que olvidar que, además, los progenitores son todo un ejemplo para sus hijos. De los adultos depende « lograr que nuestras criaturas crezcan sin tener una imagen tan estereotipada de las tareas de casa como las tenemos nosotros », aclara Soler, quien recuerda que no solo se trata de repartir o compartir tareas, sino de la carga mental que todo ello conlleva.

«Las cosas antes de hacerlas hay que pensarlas, planificarlas, organizarlas… esto es algo que suelen hacer principalmente las mujeres -explica-. No solo hay que poner la lavadora: hay que saber cuándo toca ponerla, si es prioritario una lavadora blanca o una de color, si la niña tiene deporte mañana y hay que lavar el chándal, si es necesario comprar calcetines y de qué talla son. Los hombres, muchas veces, se limitan a obedecer órdenes . Tomar la iniciativa y asumir parte de esa carga mental es necesario si de verdad queremos 'dejar de ayudar en casa'».

Ellas friegan mejor

A su vez, el estudio muestra también que sigue existiendo la percepción de que las tareas están sexualizadas . En el caso de los jóvenes entre 20 y 35 años, aunque se repartan más equitativamente las tareas entre sexos, el 40% afirma que hay labores como planchar la ropa, hacer la colada, tender la ropa o fregar los platos, que se le dan mejor a las mujeres que a ellos. Sin embargo, sacar el perro, tirar la basura o reparar cosas de casa se perciben como tareas que realizan mejor los hombres.

«Estas respuestas son el reflejo de la educación, de los estereotipos y de la realidad a la que hemos estado expuestos -explica Soler-. Pero no indican que haya algún tipo de preparación o predisposición innata para que unos u otras hagan mejor ninguna actividad en concreto. Es una cuestión de práctica, no hay más». Los datos indican también que un 42% de mujeres mayores considera aún que ellas realizan mejor ciertas tareas del hogar que ellos, frente a un 33% de mujeres jóvenes.

Mejorar estas cifras es posible, según Soler, y no sólo es una cuestión de dejar pasar el tiempo y que cambie de modo automático a medidas que crecen las nuevas generaciones. « Es importante insistir en estos temas, visibilizarlos, explicarlos y, sobre todo educar a las niñas y los niños ». Los diferentes estudios y análisis que se han realizado con la pandemia, además, demuestran que «han sido ellas quienes más se han hecho cargo de las labores domésticas y de cuidados, quienes han tenido más dificultad para teletrabajar por tener que estar pendientes de los hijos y de los deberes, y que han sido ellas quienes mayoritariamente han pedido permisos, vacaciones, excedencias o incluso han dejado sus trabajos para cuidar de los hijos u otras personas dependientes», recuerda Soler.

Por tanto, «hasta que mujeres y hombres no disfruten de salarios iguales, compartan labores domésticas y de cuidados y la carga mental sea realmente compartida, por poner algunos ejemplos, no podemos simplemente cruzarnos de brazos y dejar que pase el tiempo».

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