Vida sana

Estrategias para tener un alto rendimiento de vida

Tener claros los objetivos vitales, ver con perspectiva los fallos del pasado, un entorno familiar basado en el amor... las claves del éxito

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El coaching se ha puesto de moda. Ha llegado para quedarse. Sin embargo no todos los cursos que se ofrecen, tanto e manera presencial como online, funcionan. Hay coaching en todos los ámbitos y esferas; para ser una buen estratega comercial, para mejorar tu rendimiento deportivo, para ser mejor madre, para no gritar a tus hijos… hay de todo como puedas imaginarte. Y hay uno curioso que quizás pueda englobar a todos los demás y que es el coaching sobre cómo hacer que tu vida, en general, obtenga un alto rendimiento.

Los expertos son unánimes en cuanto a la materia de la felicidad. En general las personas más felices son aquellas que están satisfechas con las cosas que quisieron hacer y que, en mayor o menor medida, lograron.

Ni el dinero, ni las cosas materiales pueden proporcionar más felicidad que el saber que uno se supera a sí mismo. Obviamente esto va después del amor entre las personas siendo la familia la que ocupa el primer escalafón en las preferencias de la inmensa mayoría de los españoles.

Azucena Caballero, coach personal con un programa de alto rendimiento y especializada sobre todo en mujeres y madres, cree que «muchas personas no alcanzan sus objetivos porque les faltan las herramientas para conseguirlo y, sobre todo, porque se dejan llevar por la autorepresión y por la represión social lo que conlleva a no ver la vida de cada uno con la suficiente perspectiva y eso no debería ser así porque cada uno de nosotros —sostiene— tenemos derecho a crear una vida feliz y libre».

La receta para vivir mejor, para tener una vida «apasionante» como lo define la coach es hacerse varios planteamientos y luego ponerlos en práctica. Tal y como se explica en su programa online de alto rendimiento, las personas deben hacerse las siguientes preguntas y planteamientos:

—En primer lugar debemos tener entre manos un proyecto apasionante en el que enfocarnos y trabajar en él. Esto, que parece tan sencillo, en realidad es bastante difícil porque en nuestra vida hay muchas cosas, algunas ajenas a nosotros mismos y otras que vienen de nosotros, que nos alejan de seguir la senda de ese proyecto. Alejarse de esa senda es igual a la fracaso, seguir en ella es sinónimo de éxito.

—Relaciones seguras y basadas en el amor. Esto, que parece obvio, no lo es tanto. Muchas personas que carecen de estabilidad personal, ven reflejadas sus frustraciones o heridas familiares, en el entorno profesional. Una persona puede y debe escoger con quién está. No se puede escoger a los padres, pero sí a la pareja. Si una persona tiene una mala relación con sus padres o hermanos puede encontrar las herramientas para que dicha relación no afecte a su vida cotidiana y empañe, así, los objetivos. En la pareja, escogida, pasa lo mismo. Si no mantenemos una relación de pareja sólida, armoniosa y basada en el amor, tendremos muchísimas dificultades para lograr nuestros objetivos vitales.

—Tener una perspectiva vital sanadora. Esta sea quizás una de las motivaciones más ambiciosas porque conseguir que las cosas que te suceden en la vida las veas como oportunidades en lugar de como obstáculos, es bastante difícil. Pero, es cierto que, cuando uno aprende a ser objetivo y a ver las cosas desde una perspectiva optimisma en lugar de derrotista, gana muchos enteros y, sobre todo, gana muchísima paz. Ser capaz de analizar tu pasado y las causas que hicieron que algunas decisiones te llevasen al fracaso, es bueno. Saber hacer este autoanálisis evita que vuelvas a caer en los mismos errores y, por supuesto, te hace crecer como persona sabiendo donde están tus puntos fuertes y los débiles

Todo esto, por supuesto, —explica Azucena Caballer— si se adereza con estrategias de maximización de la productividad, dan un resultado más que óptimo. Ni siquiera son fórmulas mágicas, simplemente se basan en conocerse sin miedo y sin juicios para que ese proyecto apasionante en el que enfocarte sea una realidad. El resultado es una vida feliz y significativa, una vida llena, con sentido, gratificante y de la que cuando lleguemos a nuestros últimos años estemos orgullosos de haberla vivido”

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