Una madre con su hijo, víctimas del terremoto de Nepal, frente a su refugio en Katmandú
Una madre con su hijo, víctimas del terremoto de Nepal, frente a su refugio en Katmandú - reuters

¿Por qué no se puede adoptar ni acoger niños tras una catástrofe?

Unicef recibe llamadas de españoles que quieren prohijar o acoger a niños nepalís tras el terremoto

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Siempre ocurre. Ante una catástrofe y las imágenes de niños perdidos y deambulando por calles destruidas, siempre hay familias que quieren adoptarles o acogerles. El Comité Español de Unicef lo sabe bien. Sin embargo, esa no resulta la mejor solución para ayudar a quienes son los más vulnerables, como explica Blanca Carazo, responsable de Programas de Cooperación de esta organización, que está recibiendo llamadas de españoles expresando su deseo de adoptar a niños nepalís tras el terremoto que ya se ha cobrado más de 7.000 vidas.

Adoptar niños que se han quedado sin familia por una catástrofe ni resulta lo más conveniente, ni tiene un respaldo legal. Precisamente, «tanto la legislación española como internacional paralizan cualquier tipo de proceso de adopción internacional cuando se produce una catástrofe, y tampoco se permite iniciar trámites, porque son momentos de mucha confusión y caos», asegura.

Por ahora, las adopciones en Nepal están paradas.«En emergencias es el peor momento para adoptar o acoger —explica la portavoz de Unicef—, porque muchas veces los niños no se han quedado huérfanos sino que están perdidos. Pueden que estén solos y sus familias les estén buscando con lo cual parecen adoptables pero no lo son».

En España, la ley de adopciones internacionales en su artículo 4.1 regula las circunstancias que impiden o condicionan una adopción. En uno de uno de sus apartados dice que no se podrá llevar a cabo la adopción cuando el país en el que tiene su residencia el niño que va a ser adoptado «se encuentre en conflicto bélico o inmerso en un desastre natural».

Los derechos de los niños

Pero no sólo se trata de una cuestión legal, sino de preservar los derechos y la seguridad de los niños tras la catástrofe. «Desarraigar a un niño de su entorno de origen está especialmente desaconsejado en los momentos inmediatamente posteriores a la catástrofe. Sacarles de ese entorno que les es cercano, de las personas que hablan su mismo idioma, de lo que conoce... puede aumentar su desorientación e influir en su recuperación. Lo ideal es que los niños se queden con su familia y en su país», añade Blanca Carazo.

El objetivo es que los niños no caigan en manos de redes de trata

También se producen muchos desplazamientos de población, buscando ayuda de un lado a otro. «Esto genera que se pueda perder un niño con más facilidad», dicen desde Unicef. Pero detrás hay un temor mayor, ante una situación de crisis y pobreza, muchas familias son altamente vulnerables y presas de las mafias. Y se persigue que los menores no caigan en estas redes de trata. «En situaciones tan difíciles las mafias prometen a las familia que se llevan al niño a un sitio mejor, que les darán comida y dinero».

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