Sobrevivir al verano en Madrid

Acostumbrado a la arena y el agua salada de su Sicilia natal, descubrió los encantos que oculta una ciudad cerrada (casi) por vacaciones

Madrid ABC

GIUSEPPE di Bella

Siendo originario de Sicilia , la isla del sur de Italia donde se encuentran ciudades preciosas como Milazzo , Taormina o Cefalú, al llegar el verano suelo hacer las maletas y poner rumbo a mi añorada tierra. Alguna vez me ha tocado, por e xigencias laborales , pasar el verano en España, y ha sido una experiencia de lo más entretenida y amena.

En realidad no existen muchas diferencias entre la manera italiana de « ir a la playa » y la española. En ambos escenarios es muy fácil encontrarse de todo: desde la parejita romántica hasta la familia con cinco o seis hijos pequeño s y dos neveras llenas de comida y bebida para aguantar el calor y el sol del verano, pasando por el grupo de niños jugando con la pelota o las señoras con pamela gigante para protegerse del sol.

Lo que sí es muy diferente es la temperatura del agua del mar . En agosto, darse un baño en el mar siciliano no resulta demasiado refrescante porque el agua del Mediterráneo está ya muy caliente. Por otro lado, si tienes la suerte de pasar el verano en el norte de España, en playas hermosas como las de Galicia , Asturias, Cantabria o el País Vasco, ¡el agua está tan fría que tienes que pensártelo dos o tres veces hasta empezar a mojarte! Cuesta mucho entrar, pero luego merece la pena experimentar esa sensación.

Otra pequeña y simpática «diferencia» entre los italianos y los españoles radica en el número de horas que hay que esperar hasta bañarse después de haber comido para cumplir con la digestión. Contra todo pronóstico, las mammas italianas son más atrevidas y solamente obligan a los hijos a esperar dos horas, mientras todas las madres españolas que he conocido siempre suelen esperar tres hasta dar la tanto añorada «autorización al baño».

Pero, más allá del verano «playero», en España he tenido la oportunidad de vivir el verano «urbano», pasando toda la temporada ensayando un musical en Madrid allá por 2011. Pasar el verano en la capital es una experiencia muy peculiar. A primera vista, asustaría a cualquier «isleño» como yo: nada de arena, nada de agua salada, sólo coches, calor...Pero en realidad, oculta numerosas ventajas, es una auténtica maravilla. La ciudad se vacía por completo y es muy fácil reservar en los restaurantes donde normalmente no cabe ni un alfiler o poder disfrutar de paseos al atardecer por las calles de la capital y sentarse en uno de los miles parques madrileños a tomar una clara mientras el cielo se tiñe de rojo y se va acercando la noche.

A todo esto hay que añadir además el famoso «piscineo» madrileño. La primera vez que me lo propusieron estaba a la vez expectante y asustado, pero, tras la primera media hora de adaptación, me acostumbré y ya no se me hizo tan raro estar tumbado sobre el césped en lugar de en la arena, el ingrediente básico de mis vacaciones.

Así que todos a disfrutar del verano en España y, si tenéis la oportunidad de viajar a Sicilia, ¡haced una escapada porque merece mucho la pena! Buona estate a tutti!

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