Shaila en una imagen reciente
Shaila en una imagen reciente - ABC
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Shaila Dúrcal: «Díez años después, soy incapaz de oír a mi madre sin soltar alguna lágrimilla»

Cuando se conmemora la muerte de Rocío Dúrcal, el 25 de marzo de 2006, su hija menor evoca la figura de una artista mayúscula

Madrid Actualizado: Guardar
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Hoy hace diez años que fallecía en su casa de Torrelodones (Madrid), y rodeada por su marido e hijos, Rocío Dúrcal. El paso del tiempo no ha enterrado el gran nombre de esta actriz y cantante, «niña prodigio» del cine español y artista que vendió más de 50 millones de discos._Sus canciones no han dejado de sonar y sus películas de proyectarse en un saludable y justo ejercicio de nostalgia al que se suma TVE a modo de tributo con la emisión del filme «Acompáñame» y del documental «Una estrella en el cielo». Precisamente la menor de sus tres hijos, Shaila Dúrcal, la única que ha seguido sus pasos en el mundo del espectáculo, evoca para ABC su figura.

Rocío Dúrcal
Rocío Dúrcal - ABC

«Una década después, todavía soy incapaz de ver sus películas y de escuchar su voz sin soltar una lágrima. Todavía lloro», reconoce. Casada desde hace siete años con el mexicano Dorio Ferreira, Shaila ha construido su vida en Miami, aunque cada vez pasa más tiempo en España. Cuando acaba de lanzar un disco homónimo en el que abandona la ranchera y el bolero para entregarse al pop, la hija artista de Rocía Dúrcal y Junior (de quien en breve se conmemorará el segundo aniversario de su fallecimiento), explica que si tiene una deuda con su madre es la de haber confiado en sus posibilidades. «Mi madre me llevaba de la mano a sus conciertos, me dejaba cantar a su lado. Aprendí muchísimo. Confiaba en mí, más que yo misma. Y se lo agradeceré siempre», dice.

Shaila considera que «me parezco mucho a Rocío Dúrcal. No solo físicamente, también en la voz. Y aunque creía que me resultaría imposible cantar en público sus canciones, el día que di el paso me sentí fenomenal». Ahora que el éxito le acompaña, al igual que acompañó a su progenitora, tiene muy presente el mejor consejo que ésta le dio. «Mi madre siempre me decía “paciencia, hija, todo llega”. Cuánta razón tenía».

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