Myriam de la Sierra y Rafi Escobedo: la boda que acabó con el salvaje asesinato de los marqueses de Urquijo

El 1 de agosto de 1980, Manuel de la Sierra y Lourdes Urquijo aparecían muertos en su domicilio. Su exyerno fue detenido y condenado por un crimen que conmocionó a la sociedad y cuyas incógnitas todavía no han sido despejadas

E.B

«¿Por qué me pasó a mí?». Ese es el interrogante que, desde el 1 de agosto de 1980, Myriam de la Sierra Urquijo se repite una y otra vez. Tan presente tiene esa duda que así tituló su autobiografía, un libro en el que repasaba sus vivencias y el capítulo más oscuro de su vida: el asesinato de sus padres, los marqueses de Urquijo , a manos de su exmarido, Rafael «Rafi» Escobedo Alday . Fue condenado, sí, pero siempre con la duda se si actuó «solo o en compañía de otros» y sobre todo, si fue él quien apretó el gatillo.

Cuando Myriam de la Sierra conoció a Rafi Escobedo sintió un flechazo inmediato. «Me encanta ser mamá de todo el mundo. Rafi era como un niño: atractivo, encantador, simpático... De modo que con Rafi adopté ese mismo papel de salvadora. Yo pretendía transformarle, pero se trataba de una tarea imposible», narra en sus memorias. Este 2018, hubieran celebrado su 40 aniversario.

Escobedo y De la Sierra se casaron el 21 de junio de 1978 en la iglesia de Húmera. Una boda a la que asistió la flor y nata de la sociedad del momento, desde la duquesa de Alba hasta el embajador de Egipto. Todos querían estar en aquel enlace. Todos menos Manuel de la Sierra, padre de la novia. El padrino nunca vio con buenos ojos al joven a quien entregó a su hija en el altar. Unas diferencias que se acrecentaron durante el tiempo que la joven pareja estuvo viviendo en la casa familiar de Somosaguas. Las peleas entre unos y otros terminaron con la mudanza de Rafi y Myriam a un piso de la calle Orense, pero su relación siguió deteriorándose.

Juan y Miriam de la Sierra, hijos de los Marqueses de Urquijo

En más de una ocasión, Myriam ha reconocido que, tan pronto como dijo «sí, quiero», se arrepintió de estar casándose con Rafi, proveniente de una familia aristocrática venida a menos. «Si de algo sirvió el viaje de bodas fue para confirmar mis dudas de que me había equivocado. Ya en Dubrovnik, lo primero que hizo Rafi fue buscar un espectáculo no muy recomendable para nuestra primera noche de casados», rememora en su biografía, «yo era una joven muy romántica y había soñado con una boda y un viaje de novios de película. No era una ingenua, pero de ahí a meterme en un local como ese había un abismo».

Tal fue el desgaste de su matrimonio que no pasaron juntos ni sus primeras Navidades como casados . «Rafi había querido tener hijos, pero yo me había negado rotundamente. Eso me ayudó muchísimo a tomar la decisión de separarme», confiesa Myriam. Las discusiones eran frecuentes y casi siempre por temas económicos. «Él no trabajaba ni estudiaba y yo estaba cansada de esa situación. Recuerdo perfectamente que estábamos alrededor de la mesa del comedor y que, furioso, empezó a gritarme y me dijo que tenía un plan preparado e iba a cargarse a mi familia» .

Y, según la sentencia que le condenó a 53 años de cárcel por asesinato, así fue. Rafi Escobedo terminó con la vida de los marqueses de Urquijo a tiros. Su amigo, Javier Anastasio , le condujo a la casa aquella noche para después fugarse de España. En 1988, Escobedo aparecía colgado de una sábana en El Dueso en un suceso que todavía no está claro si fue un suicidio o un asesinato . Con él se llevó la verdad de un crimen que, casi 40 años después, sigue fascinando ante la cantidad de preguntas que quedan por responder. Entre ellas, las que Myriam de la Sierra todavía se hace: «¿Por qué a mí?».

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