Mario Conde y la marquesa de Casa Mendaro, pareja sorpresa del otoño

El ex presidente de Banesto y la pintora mantienen una discreta relación desde hace meses que han tenido oculta, aunque se les ha podido ver juntos en numerosas ocasiones

El expresidente de Banesto, Mario Conde, en 2016 EFE

ABC

El ex presidente de Banesto , Mario Conde (72 años) mantiene desde hace meses una relación con la pintora y marquesa de Casa Mendaro, Adriana Torres Silva (52). Así lo han confirmado varias fuentes esta mañana a la revista «Vanity Fair». Un noviazgo que surgió tras el confinamiento y que desde entonces, se les ha podido ver juntos por Sevilla e incluso disfrutando del verano en Santander y Salamanca. «Mario está muy ilusionado ante esta nueva etapa en su vida. Los dos están felices», confirman fuentes solventes para la revista anteriormente citada.

La marquesa de Casa Mendaro, hija de Esteban Torres González-Camino y Luisa Fernanda Silva Mendaro , tiene tres hijas fruto de su matrimonio fallido con el empresario Felipe del Cuvillo .

Por su parte, Conde tiene dos hijos: Mario y Alejandra , fruto de su primer matrimonio con Lourdes Arroyo , con quien se casó en el año 1973. Una relación modélica hasta que ella falleció a causa de un cáncer en 2007. Dos años después, el financiero comenzó un noviazgo con María Pérez Ugena , una profesora de Derecho Constitucional, y se casaron en 2010 en una capilla anexa al pazo «Casa Grande A Cerca» que Conde tiene en la aldea de Chaguazoso (Orense). Un matrimonio que no terminó de cuajar y en febrero de 2016 firmaron los papeles del divorcio. Tras esto, ella salió de Madrid y puso rumbo a Almería y se instaló en la ciudad donde nació para cuidar a su madre, mientras que él pasa la mayor parte de su tiempo en su finca sevillana de Los Carrizos.

Mario Conde y María Pérez Ugena KMJ

En mayo de 2019 se archivó la investigación contra Mario Conde y otras 17 personas a raíz de una querella de la Fiscalía Anticorrupción por el supuesto blanqueo de dinero procedente de las apropiaciones indebidas que el expresidente de Banesto realizó contra las arcas de la entidad bancaria. Desde ese momento el que fuera una de las figuras –financiera y penalmente hablando– de la década de los 90 no ha perdido el tiempo. Volvió a su profesión de abogado y desde que abandonó la prisión se ha volcado en la escritura , una de sus grandes pasiones junto con los largos paseos. Ha escrito varios libros («Derecho penitenciario vivido», «Memorias de un preso», «Los días de gloria»...) además de convertirse en un personaje cinematográfico en un documental íntimo que llevó su nombre y presentó por distintos foros y en varias ciudades españolas.

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