Manuel Díaz abre las puertas de su casa a Manuel Benítez

Un tanto nervioso, pero muy emocionado al poder hablar con absoluta tranquilidad sobre la demanda de paternidad que ha ganado contra Manuel Benítez «El Cordobés», Manuel Díaz reapareció en público la noche del pasado jueves con objeto de apadrinar un nuevo concesionario de la firma Jaguar Land Rover en Alcalá de Henares. El torero madrileño se dio un auténtico baño de besos y enhorabuenas de todos los presentes al evento. Díaz cuenta con el cariño de la gente, pues es un personaje que cae bien a prácticamente todo el mundo.

«Ya estoy en paz», comentó aliviado. «Antes pensaba que nunca necesitaría dar este paso, porque siempre supe mi verdad y jamás me avergoncé de ello. Al contrario. Mi padre, sin quererlo, ha sido fundamental en mi vida. No imaginas cuántas conversaciones he tenido con él en los momentos de dudas y de incertidumbre.

Eran conversaciones en las que yo hacía la pregunta y me daba a mí mismo la respuesta. Pero incluso así, imaginarias, esas conversaciones me han servido a lo largo de toda la existencia», explicó. Manuel Díaz quiso estar en todo momento acompañado por su segunda mujer, la venezolana Virginia Troconis, quien, consciente de que la noche del jueves el único protagonista era su marido, optó por quedarse en un discreto segundo plano y ni siquiera aceptó posar delante de las cámaras junto a él.

Llenar el puchero

«No me gusta hablar de dinero y menos en los momentos actuales, con tanta gente con problemas económicos; pero que nadie piense que si di ese paso de plantear una demanda de paternidad fue debido a un interés económico. Después de muchos años de esfuerzo y trabajo, puedo asegurar que para un puchero siempre voy a tener», aclaró en su habitual y coloquial tono.

El Cordobés hijo no piensa cambiarse los apellidos y tampoco cree que su padre vaya a tener un gesto de acercamiento hacia él y los suyos. Incluso así, Manuel Díaz asegura que sigue «tendiendo la mano» a su padre y abriéndole su casa por si algún día quiere conocer a sus nietos. «Mi hijo Manuel me pregunta cuándo va a venir el abuelo a casa», señaló emocionado al recordar las reacciones de sus hijos.

Manuel Díaz insistió en que acudió a la Justicia «porque quería dejar mi verdad y la de mi madre. Pasaba el tiempo y entendí que se agotaba el plazo», añadió. Precisamente a su discreta madre, María Dolores, es a quien dedica su victoria judicial tras una amarga batalla. Aseguró sentirse muy emocionado, ya que «al menos mi padre accedió a hacerse la prueba de ADN y eso para mí era muy significativo». Evidentemente, Benítez podía no haberse personado para someterse al test genético, pero la experiencia ya le demostró hace años que negarse a esa prueba cuando la solicita un juez tiene una respuesta casi inmediata: se adjudica la paternidad automáticamente, como ocurrió con el caso de una mujer reconocida legalmente como hija suya tras una sentencia dictada por un juzgado de Córdoba.

Centrado en su vuelta a los ruedos, que será este domingo en Talavera de la Reina (Toledo), Manuel Díaz «El Cordobés» piensa seguir con su vida como hasta ahora y aclara que, hoy por hoy, no podría llamar «padre» a Manuel Benítez, ya que esa palabra «es mucho más que tener un hijo». Él lo sabe mejor que nadie.