IGNACIO GIL

Mamen Sánchez: «El famoso cajón de ‘‘¡Hola!’’ no existe, es un mito»

La directora adjunta de la Biblia del corazón publica su sexta novela, «La flor y nata», un guiño a los entresijos de la prensa rosa

Madrid Actualizado: Guardar
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La nueva novela de Mamen Sánchez se titula «La flor y nata» (Espasa). Esta semana, a modo de epílogo, la escritora reunió en el hotel Ritz a la crema de la sociedad para celebrar la publicación del libro. En primera fila estaban Naty Abascal, Genoveva Casanova, Fiona Ferrer, Gema Ruiz... Todas ellas podrían ser personajes de «La flor y nata», porque Mamen ha recurrido a sus vivencias como periodista y directora adjunta de la revista «¡Hola!» para escribir una historia romántica con una pizca de autobiografía y grandes dosis de «espuma de la vida»: gente guapa y rica que se mueve por destinos de ensueño en busca del amor -y esquivando escándalos.

La protagonista de la novela es una joven periodista española que da sus primeros pasos en la revista gráfica propiedad de su familia.

Como telón de fondo, un mosaico de hechos que marcaron la historia de la crónica rosa de fin de siglo: la muerte de Jacqueline Kennedy, el divorcio de Lady Di y Carlos de Inglaterra, los veranos de Naty Abascal en el yate de Valentino. « Es como si metes todos los recuerdos de tu vida en una pecera y luego vas sacándolos y juntándolos», explica la autora, que en 1994 firmó la crónica de la muerte de la viuda de Kennedy junto a Tico Medina, leyenda viva de la prensa del corazón. «Tico era mi superjefe, mi maestro. Me decía: ‘‘Entrevistar a un famoso es como torear un miura, hay que saber por dónde viene y hasta dónde lo puedes presionar para que no te embista’’».

El padre de la protagonista de esta novela es un alter ego de Eduardo Sánchez Junco, padre de Mamen y director de la Biblia del corazón desde 1984 hasta su muerte, en 2010. «Durante los siete meses de escritura del libro mi padre estuvo a mi lado. Recuperé su vitalidad, su optimismo, su entusiasmo», revela. «Era de una nobleza y una honradez impresionantes. Tenía la humanidad de no hacer diferencias con nadie. En cuanto a lo estrictamente profesional, nos demostró que los personajes están por delante del éxito inmediato que se pueda obtener con una noticia. Esta profesión es una carrera de fondo, a veces pierdes una información, pero lo haces conscientemente para no hacer daño a alguien. Y no nos ha ido mal».

Nada mal, considerando que «¡Hola!» vende cada semana millones de ejemplares en todo el mundo y está en boca de todos con exclusivas siderales, como la del romance de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. «No me sorprende que todos hablen de esta pareja. Isabel es magnética y única. Es muy difícil encontrar una Isabel Preysler en esta profesión. Ojalá hubiera muchas, pero no las hay».

Hace pocas semanas, el propio Vargas Llosa alabó la labor de la revista de la familia Sánchez durante la rueda de prensa de su nueva novela. «Millones de seres quieren un material que los haga soñar, un material que antes ofrecían la novela y la poesía y que ahora ofrece ‘‘¡Hola!’’ con enorme talento», sentenció el Nobel. «Fue un gran orgullo que nos dedicara esas palabras. Es el escritor más importante en lengua española e hizo una apreciación muy acertada. Antes eran las novelas las que hacían soñar, ahora lo hacen las revistas».

Precisamente de sueños y leyendas se nutre «¡Hola!». Como el cuento de que compran y guardan en un cajón secreto las fotos comprometedoras de muchas celebridades nacionales e internacionales. «El famoso cajón no existe, es un mito -apunta entre risas-. Sería una tentación enorme tenerlo. ¿Te imaginas? Estaríamos todo el tiempo pensando en abrirlo».

Llegando al desenlace de «La flor y nata», la protagonista, la joven periodista en busca de la exclusiva de su vida, decide ocultar un escándalo. Lo hace por amor. Y por ética profesional. ¿Realidad o ficción? «Ficción. En la realidad no escondemos informaciones, pero sí contamos las cosas de la manera que haga menos daño al personaje». «¡Hola!» es una sucesión de lugares glamurosos, casas fabulosas y aristócratas elegantes. «No a todos nos invitan a esos sitios maravillosos, pero con la revista te puedes sentir invitado». Con «La flor y nata», también.

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