La inquietante corte en la sombra de Charlène de Mónaco

La revista «Paris Match» filtra la antigua pertenencia a una secta de la consejera privada de la Princesa

Charlène de Mónaco junto a su hija Gabriella en el balcón de Palacio

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Por las residencias más secretas y los pasillos más oscuros del palacio del Principado, el coronavirus ha hecho realidad la profecía de la Princesa Charlène: « Mónaco es un pueblo de víboras y tiburones ». Alteza Serenísima y Princesa de Mónaco desde su matrimonio con Alberto II el 23 de junio de 2010, hizo esa confidencia a una amiga íntima poco antes del nacimiento de sus hijos Gabriella y Jacques .

Desde entonces, la Princesa ha estado en el corazón más frágil de una inconclusa relación de rumores sobre presuntas rupturas, infidelidades y tensiones matrimoniales que han cobrado, con la prolongación de la crisis sanitaria, una dimensión más oscura, a través de la difusión de «noticias» y «revelaciones» llamativamente interesadas: su mera publicación, sin posible confirmación, haciéndose eco de «fuentes» evidentemente inconfesables, deja caer sobre la Princesa Charlène oscuras sombras inquietantes .

No era un secreto que la Princesa desembarcó en Mónaco con parte de su familia y algunas amistades íntimas . Sus hermanos Gareth (informático) y Sean Wittstock (comercial) comenzaron a ocupar puestos de poder e influencia en torno a la Fundación Princesa Charlène y una nube de lucrativos negocios , sin olvidar su participación creciente en una vida social con muchos flecos aristocráticos y sentimentales .

Prácticas adivinatorias

Entre las amistades íntimas de la Princesa Charlène, Dawn Earl formó parte de la comitiva en varios viajes oficiales, presentada como «consejera privada de su Alteza Serenísima» . Ese fue el título con el que el Diario oficial del Gobierno del Principado la presentaba… hasta este fin de semana, cuando el semanario «Paris Match» califica de Dawn Earl de «numeróloga» , que habría formado parte de una «secta» en Australia como firme creyente en la numerología: «Una práctica supuestamente adivinatoria a través de los números. Conjunto de creencias o tradiciones que pretende establecer una relación oculta entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas o espirituales».

Brujas, adivinas, echadoras de cartas, numerólogas … tienen un puesto eminente en la historia de las «creencias populares» más peregrinas. Convertir en «adivina» o echadora de cartas a la consejera privada de su Alteza Serenísima quizá tenga algo o mucho de malevolencia interesada. «Alguien» ha filtrado o hecho tal «revelación» a «Paris Match». Sin destacarla, en particular, se trata de una tormenta en un vaso de agua sucia, acompañada con insinuaciones sobre el comportamiento poco «principesco» de unos hermanos fascinados por los negocios y la vida nocturna de la Costa Azul.

Preservar el glamour

No es un secreto que Carolina de Mónaco recibió a la esposa de su hermano con velada hostilidad . Ella tuvo una vida amorosa muy rica y no siempre afortunada: de un tórrido verano con un tenista famoso a un marido tan principesco como borracho. Pero siempre ha intentado preservar el glamur rosa bombón atribuido a su patria natal. La Princesa Estefanía, por su parte, tuvo una vida sentimental igualmente prodigiosa, aunque mucho más profana, entre un pescadero y un payaso, pasando por aventuras más o menos efímeras. Pero también ha respetado casi siempre los estrictos protocolos aristocráticos de su linaje.

¿Quién ha filtrado a «Paris Match» la presunta condición de numeróloga de una consejera privada de la Princesa Charlène? Vaya usted a saber. Cuando la esposa de Alberto II afirmaba que «Mónaco es un pueblo de víboras y tiburones» sabía muy bien lo que decía. Años más tarde, Charlène ha sorteado todo tipo de pruebas con éxito . Y ha terminado imponiendo a sus consejeros, consejeras y hermanos ofreciéndoles envidiables posiciones de poder e influencia, quizá con poco glamur, pero muy sustanciales. Su esposo está a su lado en todos los momentos esenciales. La pareja ha resistido a todo tipo de turbulencias, íntimas y familiares.

Quizá la numerología y las tribulaciones de los hermanos Wittstock, avispados hombres de negocios, formen parte de una cierta guerra sucia, inconfesable, para enturbiar las doradas aguas territoriales de Mónaco-Monte Carlo, en una Costa Azul que ha conocido historias mucho más negras.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación