Íker y Sara, fascinados con Mariza

Íker y Sara ya ejercen de «celebrities» en toda regla en la noche de Oporto. No es que se les vea de juerga en los animados clubs de la calle Galería de París, en absoluto. Pero se dejaron ver en el segundo de los dos conciertos consecutivos de la gran diva del fado actual, Mariza, el pasado fin de semana en el Coliseo, un auditorio que se alza en pleno centro de la ciudad.

De esta forma, Carbonero demuestra que su pasión por el género musical portugués más arquetípico no se circunscribía a un caso aislado cuando alabó recientemente a otra cantante, Carminho.

«Emocionante concierto de Mariza. Y el fado no tiene por qué ser triste. Estoy impresionada. Muchas gracias», compartió la periodista en las redes sociales.

Nada extraño si tenemos en cuenta que la excepcional vocalista es capaz de hacer vibrar al público, tal cual hemos comprobado en diversas ocasiones.

Sus espectáculos en Oporto son la antesala de una próxima actuación por todo lo alto en el pabellón MEO Arena de Lisboa el 7 de diciembre. Una gira que lleva a esta querida mujer en Portugal a presentar su flamante álbum, «Mundo», producido por Javier Limón con el objetivo de otorgarle un aire más internacional.

Precisamente, este diario conversó unos días antes con Mariza sobre el disco, tan emotivo como cabía esperar de ella gracias a momentos como «Alma», «Saudade solta» o «Meu amor pequenino», dedicado a su hijo de cuatro años, fruto de su matrimonio con el conocido empresario luso Antonio Ferreira.

La cantante se ha rearmado de optimismo después de haberlo pasado muy mal con el niño, pues nació a los siete meses y hubo de pasar otros seis en la incubadora. Fue un capricho del destino, en vista de que ella misma vio la luz a los seis meses.

Durante aquellos 180 días, Mariza apenas se movía del hospital. Y toda esa autenticidad se vuelca en su voz, como Sara Carbonero ha apreciado muy bien.

«Javier Limón me entiende muy bien, creo que es perfecto para mí», nos desveló la fadista en relación al artífice de grabaciones tan magistrales como ‘Lágrimas negras’ (Bebo Valdés y Diego el Cigala), ‘Cositas buenas’ (Paco de Lucía), ‘El último trago’ (Concha Buika) y otras de Luz Casal, Enrique Morente, Jerry González, Andrés Calamaro, Serrat y Sabina o el mismísimo Wynton Marsalis.

Sin duda, puede definirse a Mariza como la fadista que mejor ha sabido dialogar con el flamenco. Así se puso de manifiesto cuando realizó un dueto con José Mercé: juntos cantaron «Ha uma música do povo», un legendario poema de Fernando Pessoa.