Eugenia Martínez de Irujo
Eugenia Martínez de Irujo - ABC

Eugenia Alba nunca vio torear a Fran con su hija Cayetana

La aristócrata evita mostrar públicamente su apoyo al torero por su polémico posado

MADRID Actualizado: Guardar
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Con la resaca aún de los efectos mediáticos que ha tenido la imagen de Francisco Rivera Ordóñez toreando una vaquilla con su hija de cinco meses en brazos, sorprenden, y mucho, las declaraciones que ha hecho su exmujer, Eugenia Martínez de Irujo, cuando le han preguntado sobre esa polémica que afecta, de forma indirecta, a su hija Cayetana Rivera, ya que el propio torero ha dicho que esa foto responde a una costumbre familiar que ya practicó su abuelo con su padre, y él con sus hijas.

Hasta la fecha se habían visto imágenes de la hija de Francisco y Eugenia cuando su padre la llevaba en brazos al finalizar sus faenas en la Goyesca de Ronda. La niña feliz y sonriente daba la vuelta al ruedo mientras su padre recibía la ovación de los fieles a esa corrida que cada año se celebra en la plaza de Ronda que gestiona el propio Rivera siguiendo otra costumbre familiar.

Pero ha sido la propia Eugenia quien ha aclarado que ella nunca le vio torear con su niña en brazos, al menos con pocos meses, sorprendiendo a propios y extraños con una afirmación que no ha querido ampliar ni matizar. «Nunca vi a Francisco torear con mi hija», aclaró ayer la aristócrata, evitando así mostrar públicamente su apoyo a su exmarido.

Sí es verdad que cuando el matrimonio se distanció a la duquesa de Montoro no le hacía ninguna gracia que el diestro se paseara con la niña a hombros, puesto que estaban todos los medios de comunicación en el acto y no era partidaria de que la menor saliera retratada, algo que hoy directamente ya no se puede hacer por efecto de la Ley del Menor; pero su desconocimiento de que su niña haya «toreado» una vaquilla cuando era una bebé enreda aún más una historia que para lo único que ha servido es para dar gasolina a los antitaurinos, que han encontrado una excusa perfecta para cuestionar una vez más la Fiesta Nacional.

Meteduras de pata como esta son las que sirven para caldear un ambiente que en las redes sociales suele estar muy vivo. De ahí que ahora Rivera Ordóñez haya optado por privatizar sus comentarios en sus cuentas de Twitter e Instagram.

Kiko, padrazo

También para no enfadar a su expareja, la modelo Jessica Bueno, Kiko Rivera tiene que hacer photoshop y aprender a pixelar el rostro de su niño en las fotos que publica en sus redes sociales y donde posa tumbado con sus dos retoños, Francisco y Ana, para afirmar que son los amores de su vida y el motivo de su felicidad. El problema es que, mientras que el niño sale sin cara, la pequeña Ana luce lustrosa y sin ocultar. De baja por motivos de salud, Kiko se descubre como todo un padrazo y muy feliz ahora que el mayor ha vuelto a vivir en Éibar, tal y como anunciamos días atrás, por el fichaje del futbolista Jota Peleteiro.

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