Mitos de la protección solar: dudas y errores que aún se cometen con las cremas

Aplicarse poco producto, en el momento equivocado o solo en la playa son algunas de las cosas que se hacen mal

El significado de las siglas SPF de las cremas solares

L.P.

Aún hoy, con tanta información disponible sobre la importancia del cuidado de la piel y los efectos dañinos de la exposición al sol, hay falsas creencias y grandes fallos en torno a este tema. Sobre todo sigue habiendo dudas y mitos en lo que hace a las cremas solares, su efecto y protocolo de aplicación , algo especialmente importante en verano. Con la ayuda del farmaceútico Iván Lorenzo , director científico del laboratorio dermatológico español especializado en producto sanitario Olyan Farma , analizamos cada uno de ellos y aclaramos la verdad:

1. Creer que la protección solar impide o reduce el bronceado

El factor de protección solar (FPS) únicamente indica el tiempo que podemos pasar al sol sin que nuestra piel sufra una quemadura por acción de la radiación solar. Aun aplicando alta protección solar, nunca estamos 100% protegidos, ya que una parte de la radiación siempre incide en la piel y activa el sistema de protección natural del cuerpo: la producción de melanina. Es cierto que con protector solar podemos tardar un poco más en ponernos morenos, pero lo hacemos de forma segura y sin comprometer la salud de nuestra piel.

El Factor de Protección Solar se calcula multiplicando el tiempo que la piel podría estar expuesta al sol sin quemarse gracias a la crema o producto que lo contenga. De esta forma, si la piel de una persona puede estar diez minutos expuesta al sol sin quemarse y la crema solar es FPS 50, esto nos daría un resultado de 500 minutos de exposición solar segura.

Pero se recomienda aplicar cada 2h porque al bañarse, al sudar e incluso al secar la piel con la toalla la concentración de factor solar que había en tu piel disminuye, llegando incluso a desaparecer, por lo que hay que reaplicar para estar protegidos.

2. Pensar que la protección solar interfiere en la absorción de la vitamina D

Un estudio reciente publicado en British Journal of Dermatology demuestra que las cremas fotoprotectoras no inhiben la síntesis de vitamina D. Con una exposición solar diaria de entre ocho y 15 minutos es suficiente para generar la que el cuerpo necesita. Es decir, con la realización de las actividades cotidianas, como ir a la compra o a trabajar, se recibe la dosis.

La vitamina D es liposoluble y se acumula en el hígado y en la grasa. En verano producimos más y en invierno consumimos la que hemos acumulado durante esta época. Pero n uestra piel tiene una capacidad limitada de producir esta vitamina y, si realizamos una exposición solar prolongada, se satura y deja de hacerlo. Incluso por acción de la misma radiación una parte de la vitamina D producida puede acabar destruyéndose , por lo que una exposición solar intensa y prolongada no mejora la cantidad ni la producción de vitamina D, sino que aumenta nuestro riesgo de fotoenvejecimiento o envejecimiento prematuro, que a la larga se traduce en mayor riesgo de padecer cáncer de piel.

3. Aplicar poca cantidad de producto

Los estudios para determinar el factor de protección solar de un producto específico se realizan empleando una dosis de 2 miligramos cada 2 centímetros de piel. Para que sea más fácil en la aplicación por parte del usuario, podemos recurrir a la medida de los dedos : dos dedos cubiertos de crema para la cara, el cuello y la cabeza; dos para cada brazo; dos para cada pierna (muslo, pantorrilla y pie); cuatro para la espalda y cuatro para el torso.

Al aplicar una cantidad inadecuada de fotoprotección lo único que estamos haciendo es exponernos a un mayor riesgo de padecer alguna afección cutánea relacionada con la exposición solar y potenciar el envejecimiento prematuro de nuestra piel al no proteger el colágeno y la elastina, lo que se traduce en mayor flacidez y arrugas.

Por eso, toda rutina diaria de cuidados estéticos debería culminar con un factor solar de alta potencia, ya que es la crema antiedad por excelencia, incluso si hemos aplicado algún cosmético que lleve asociado el factor solar . ¿Por qué? porque esos cosméticos no llegan a la cantidad necesaria.

4. No reaplicar durante la exposición

Las cremas solares se deben volver a aplicar cada dos o tres horas , ya que el agua, el sudor y el mismo paso del tiempo hacen que la protección vaya disminuyendo o incluso desaparezca.

Otro punto importante es saber cuándo se debe aplicar el protector. ¿Justo antes de salir de casa? ¿Ya en la playa o piscina? No, el factor de protección solar debe aplicarse 30 minutos antes de exponerse al sol , ya que es el tiempo medio que tarda la piel en absorber el producto y alcanzar el máximo de efectividad.

5. Creer que las cremas de factor 50 protegen más que las de 30

El SPF o factor de protección solar es el tiempo de protección que tenemos antes de que nuestra piel se queme a causa de la exposición a la radiación solar, por lo que ambos serán igual de eficaces, pero el de 30 se deberá reaplicar más veces que uno de 50. 

6. Cuidarse en la playa, pero no en la montaña...o en un edificio en la ciudad 

La protección solar es indispensable cuando estamos a una altitud muy superior sobre el nivel del mar . Esto se debe a que allí estamos más cerca de la primera barrera que nos protege, la atmósfera, por lo que la radiación llega potenciada a nuestra piel. Al mismo tiempo, en las grandes ciudades esta radiación además rebota en los cristales y grandes ventanales, y por eso nos quemamos igual que cuando vamos a la nieve.

Sumado a esto, en los días nublados el 85% de la radiación llega a la superficie terrestre, por lo que tampoco se debe dejar de usar protección solar entonces.

7. Usar protección solo en verano

Tenemos la creencia de que el factor solar solo debería utilizarse en los meses estivales y en la playa o piscina. Pero en realidad la crema solar debe ser un indispensable en nuestra rutina, ya que la radiación no conoce de vacaciones e incide en nuestra piel a lo largo del año.

En verano es más necesaria por el ángulo que tiene la tierra frente al sol, pero en el resto de estaciones la radiación también actúa, ya que la radiación UV A o B, al igual que la infrarroja, es trasportada por los rayos solares irrandien o no calor.

8. Las pieles oscuras no necesitan protección solar

El color de la piel es su fototipo , relacionado con su capacidad para adaptarse al sol, es decir, broncearse y en qué grado. Cuanto más baja sea esta capacidad, menos se contrarrestarán los efectos de las radiaciones solares en la piel. Los fototipos se clasifican en una escala del I al VI, siendo los de fototipo I los que presentan una piel muy clara y el VI las personas de raza negra. La población española presenta un fototipo tipo que oscila entre el II y el IV.

Esto quiere decir que cuanto más alto tengamos el fototipo tendremos también mejor resistencia al daño solar. Un dato curioso es que las personas de raza negra o hispana cuentan con mayor resistencia a presentar un cáncer de piel tipo melanoma, pero si se diagnostica tiene peor pronóstico.

Por tanto, queda claro que todas las pieles deben protegerse, y en el caso además de las que tienen una patología, como rosácea o pscoriasis, deben utilizar productos específicos. Lo mejor es consultar al dermatólogo para saber cuál es el producto adecuado en cada caso.

Aquí puedes ver algunos protectores solares con lo último en avances y prestaciones.

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